Vitoria.dos estilos antagónicos a la hora de concebir los personajes se han unido para crear una historia dibujada, Horreibols and terrifics Books. Drácula. Forges y Azpiri, radicalmente diferentes en sus trabajos, se han unido para reeditar a este personaje clásico de la literatura y el cine. Ni el popular Mariano, de las viñetas del primero, ni Lorna, habitual en los cómic del segundo, están representados directamente. Pero los lectores fieles de ambos podrán reconocer sus rasgos en Drácula y Mina.

"Esta historia comienza cuando Jonathan Harker, un joven agente inmobiliario, debe realizar un viaje a Transilvania para concluir el trabajo de su compañeros, George Renfield para la transacción de la compra de unas propiedades en Londres para el enigmático conde Drácula...", así empieza el libro, a partir de este párrafo los lectores se zambullirán en una delirante historia gráfica que funde terror clásico con humor e ironía. "No hay sangre es ketchup. Creemos que es un libro que se adapta a todas la edades", comentan ambos autores.

El libro sorprende por la mezcla de dos estilos totalmente diferentes: "No hay nada en común entre Antonio y yo a la hora de trabajar. Encajar los dos tipos de dibujos y que queden aceptables y que a la gente le guste ha sido nuestro reto", señala el dibujante Alfonso Azpiri. Tanto él como Antonio Forges no consideran que este libro sea un cómic, "es una novela gráfica". Aunque las historias de Drácula vienen de antiguo el libro hace constantes guiños a los problemas que más miedo nos dan en los momentos actuales del siglo XXI: los bancos, los políticos, la construcción y la economía en general.

Azpiri cree que es algo inédito contar historias clásicas del pasado, "que a la par que dan a conocer estos cuentos a las nuevas generaciones, se entremezclan con tintes del horror que vivimos día a día". Ambos se han lanzado a la piscina convencidos de que iba a tener agua porque les apetece contar que "los personajes terroríficos no son malos de verdad, su entorno les obliga a serlo y por eso, Drácula chupa sangre por necesidad y con mucha gracia"

ganas de innovar Son muchos los que se pregunta el porqué de una colaboración tan peculiar como es dibujar a cuatro manos: "Una amistad de muchos años y la inquietud de hacer cosas nuevas. Queríamos saber qué resultado se podía obtener de dos formas de trabajar tan diferentes. Es hacer algo nuevo para aproximarnos al público y contar una historia de una manera diferente, hasta ahora no se había hecho nunca así", comentan los dos.

Pero la colaboración entre ambos no empieza y termina con Drácula: "Estamos terminando un nuevo libro que se presentará el 23 de abril en Barcelona, Frankestein. Pero vamos a seguir trabajando en ello porque hemos decidido que seguiremos con los hombres lobo, con la momia y con otros personajes de terror más actuales: el inspector de hacienda o la hiena de las tallas femeninas". Forge explica cómo es este último referente del terror: "Se come a bocados la ropa y la talla 46 la convierte en la 32, así que nadie entra en ellas".

Utilizan las nuevas tecnologías pero no para realizar los trabajos de dibujo: "Los dibujos, tanto Antonio como yo, los hacemos manualmente. No trabajo nada con el ordenador, uso acuarelas, óleos... Antonio igual, utiliza la plumilla. Lo hacemos de forma tradicional, seguimos trabajando con las manos".

"La informática tiene sus ventajas, reduce los errores de imprenta, no los elimina, pero son menos que antes. Pero a la hora de crear e imaginar prefiero el papel a la tableta gráfica. Pero otros muchos creadores utilizan los instrumentos tecnológicos con una gran destreza", señala Forges.

Antonio Forges está convencido de que la novela gráfica tiene un gran aliado en el libro electrónico: "Es muy complicado leerse El Quijote en un libro electrónico, pero no es tan complicado leerse en él los cuentos breves de Oscar Wilde. A esa brevedad y a ese estar en la nuevas tecnología hemos contribuido nosotros también con esta obra. Es más, ya está a disposición de los lectores digitales". Ambos no se posicionan ni a favor ni en contra de los nuevos soportes de lectura: "Está ahí y esto va a más".

'Mariano' el desconcertado Es imposible hablar con Antonio Forges sin hacer referencia a sus personajes de referencia: Mariano y Concha. Los resultados de las últimas elecciones le va a obligar a tomar una decisión drástica: "Voy a tener que llamarle Vicente. Es que si voy a hacer un chiste con Mariano siempre va a parecer que hay una referencia a Rajoy. Voy a ver cómo me las apaño", señala con humor.

Forges ha querido reflejar en este personaje "al género masculino que habita en la península ibérica y Concha lo mismo. Lo que pasa es que ella ha variado con el tiempo. Ya no es jocosa, es más bien siluotosa. Ve poco la televisión. Siempre está leyendo libros o tabletas gráficas". Pero ¿qué pasa con Mariano? Él lo tiene claro: "Se ha quedado mirando por la ventana. La televisión para él es el fútbol y se acabó, no hay nada más para él. Está desconcertado. El ser humano masculino está desorientado porque la irrupción de la mujer nos ha dejado a todos con el escroto al aire, por decirlo de alguna forma", comenta con mucha ironía.

Mariano, o el futuro Vicente si es que se decide a cambiarle el nombre, seguirá desconcertado y desorientado. Seguirá siendo el referente de una cultura que, según Forges va cambiando: "Mariano es un desconcertado; por supuesto, no me refiero al señor Rajoy, buena también a él, porque tiene que estar ahora mismo muy desconcertado, no vamos a engañarnos. Tiene que estar tan desorientado como el Mariano de mi viñeta".