nueva york
Sociable y "lobo solitario" al mismo tiempo, Mikel Urmeneta a veces contacta en Nueva York "con la gente de mi país cuando hay un acontecimiento relacionado con Euskal Herria", ya que "aquí es muy difícil relacionarse de forma continuada con alguien". Así, por ejemplo, participó en el evento de la cátedra de Bernardo Atxaga en la City University of New York, hace tres meses.
Al igual que otros exitosos creadores de la historia, fue expulsado de varios institutos y en Diseño de Interiores estudió solo un año. Inquieto y curioso, vivió de 1993 a 1996 en la Gran Manzana, pero le resultaba imposible ser director creativo de Kukuxumusu en la distancia. A partir de 2005 pudo volver a su ciudad favorita gracias a las posibilidades que dan las nuevas tecnologías: "Ahora se puede descentralizar una empresa. Nosotros trabajamos a distancia, principalmente con email y Skype", explica.
A pesar de esa aparente dificultad, no cabe duda de que Nueva York está hecha a la medida de Urmeneta, pues en la urbe americana confluyen muchos artistas, creativos, escritores y expertos universitarios, "muchos y buenos". Al margen del paisaje humano de gran diversidad y que tanto atrae al dibujante navarro. Así, los frutos hablan por sí mismos: "Tenemos una red comercial propia en la que vendemos nuestras camisetas. Aparte de nuestras 20 tiendas Kukuxumusu tenemos cerca de 800 puntos de venta en el sur de Europa y vendemos camisetas (y productos de licencias) por Internet a cualquier país del mundo".
Aparte licencian sus dibujos y realizan distintas colecciones para distintas marcas (bolis, lámparas, bragas, mochilas, toallas...), y "cada marca tiene su propia red comercial, por lo que nuestros dibujos están presentes en cerca de 100 países en soportes muy diferentes", enumera el autor. ¿Una firma reconocida y con velocidad de crucero? "En Kukuxumusu se ha trabajado bien, con imaginación y con ganas; con ilusión. Alegrando a mucha gente, llevando de viaje a Euskal Herria por todo el mundo. Es una vergüenza que el mismo sistema podrido y codicioso que te ha obligado a cumplir unas reglas para nacer y crecer (a base de mucho esfuerzo de mucha gente) te ponga ahora palos en las ruedas. No sólo hay que luchar contra la crisis, sino también, y con mucho humor, contra unos cuantos ambiciosos hijos de puta responsables de la situación que está viviendo tantísima gente", denuncia. Con todo, "en Kukuxumusu hemos bajado la velocidad de crucero por la de canoa. Pero ahí andamos, remando como locos".
En este contexto, Mikel no se considera "un tío exitoso. Creo que de momento soy una persona con suerte. Y no por Kukuxumusu -que también-, sino por mi capacidad de estar contento, de ser optimista", estima. En cuanto a la designación de vasco universal en 2010, dice que no le interesó su propulsión personal "lo más mínimo". "Me moló porque es un premio muy plural y nada político, y más todavía por ser navarro y de esta forma poder vincular en cierta medida lo indesvinculable".
Medio vecino de la escritora Elizabeth Macklin y amigo de su homóloga vizcaina Isabel Cadenas, Mikel lo mismo diseña para el Barça o el Español, ilustra el libro de un editor vizcaino (LUPI), o se sumerge estos días en una película de animación. Y suma y sigue...