"Y, ¿ya te queda algún local por hacer en el Casco Viejo?". No me atrevo a contar la veces que me han hecho esta pregunta. Normal, si tenemos en cuenta que se trata de una página que nació el 16 de septiembre de 2009. A un local por semana -los parones han sido casi inexistentes-, sólo hay que hacer cuentas para percatarse del recorrido por el entramado comercial y medieval que ha supuesto esta aventura periodística que hoy finaliza entre satisfacción y nostalgia precoz.

Pero por supuesto que quedaban. Quedaban los chorizillos al infierno del Tulipán de Oro (Correría, 157), los combinados del Txistu (Cuesta de San Vicente, 1), los bocatas del Barrón (Pintorería, 2), las hamburguesas del Aran (Pintorería, 10)... No llegamos a plasmar la visionaria moda callejera de Fundición (plaza de la Virgen Blanca, 3), la ampliación del Toloño (Cuesta de San Francisco, 3) o el calor rockero del 1900 (Zapatería, 78).

Por fortuna, desde esta página sí se han probado los clásicos cafés de Aldapa (Foto 1), nos hemos dejado aconsejar en caldos por Rafa en La Alacena (Foto 2), hemos dado buena cuenta de los pintxos de La Malquerida (Correría, 10) o del eterno inventario cervecero de Kitsch (Cantón de San Francisco, 2) para dejarnos seducir, en horario nocturno, por lo ritmos rockeros de El Nuevo (Foto 7) o Dublin (V. Blanca, esquina con Herrería). En definitiva, hemos seguido los pálpitos del corazón gasteitarra. Un corazón de alma medieval.