vitoria. Mirando al patio. Hace un lustro, Gaitzerdi Teatro abrió una puerta. Una puerta que siempre está ahí para todo el que lo desee. Más allá del dintel, lo desconocido, el trabajo constante, la experimentación, la búsqueda. Rincones de una estancia infinita que, en su crisol, dibujaron el laboratorio escénico de Kabia, un territorio con un nuevo lenguaje, el que se propone esta noche, a partir de las 20.30 horas, en el Principal con la pieza Euria esan eta euria erortzea.

El segundo montaje de Kabia es un espectáculo visual. Y musical. Un "juego teatral", apunta el director, Borja Ruiz, que sitúa su magia en un patio vecinal y que propone entre sus metros cuadrados "una reflexión sobre la felicidad" que hunde sus raíces en textos del escritor Joseba Sarrionandia.

Todo parte sin ideas previas. Y sitúa el norte de su brújula en las combinaciones lumínicas, en el terreno onírico, en la capacidad de Sarri para extraer el brillo de la palabra. Un todo que indaga en los secretos del objeto y persigue la esencia del clown, mirando al patio desde dos perspectivas, la del niño y la del adulto. Uno "se divierte con cualquier cosa, se enamoran o se enfadan". El otro -tirando de estereotipo- ve ese espacio, con el paso de los años, como "un lugar gris y trivial". Lo que busca Kabia es, precisamente, "mezclar esas miradas". Como se mezclan, a partes iguales, las voces de las actrices y la labor del compositor Xabier Adrién, dibujando una banda sonora que "genera las atmósferas de las escenas".

También la atmósfera de Euria esan eta euria erortzea ha ido generando su propia empatía con el público y la crítica, que la ha galardonado en varias ocasiones, entre ellas concediéndole la nominación al mejor espectáculo revelación en los premios Max. "Empezó de manera tímida", recuerda la actriz Yolanda Bustillo, "y después todos esos premios nos sorprendieron".

La atmósfera se ha seguido retroalimentando con la respuesta del público, viajando incluso hasta las tablas de Brasilia, Oporto o Miami con esas ventanas que observan, "de las que surgen los personajes de Las Hiedras". Sólo una parte de los protagonistas de esta segunda pieza del laboratorio de Kabia junto a Sar, La Sombra, Los Habitantes o La Mujer de Hielo.

Si las primeras ideas de Euria esan eta euria erortzea ya habían surgido hace un lustro, también ahora, mientras el montaje está aún vigente, está a punto de estrenarse su tercera producción, un Rojo al agua -pendiente el título para su versión en euskera- que entrecruza a la Ofelia de Shakespeare y a Virginia Woolf. Sigue presente la misma base del lenguaje. Y el agua. Mirando al patio, Kabia piensa.