Vitoria. Grabado, escultura y fotografía. Espontaneidad, metáfora y reflexión. Paloma Amann, Asier Bejarano y Colectivo Tenderete. En clave de trío bascula la nueva remesa de exposiciones de la Escuela de Artes y Oficios, que viaja hasta el año que viene, concretamente hasta el 13 de enero -de 19.00 a 21.30, salvo fechas navideñas- acercando las miradas de una decena de artistas.
La primera tiene ecos de estirpe creativa, la que -bisabuelo, abuelo, padre- influyó en los pasos formativos de la cofundadora del taller de grabado Línea 48, Paloma Amann, convertida en la artista invitada del ciclo expositivo. A través de sus diez piezas -siete grabados y tres dibujos a pastel- la artista muestra su predilección por las texturas, la certeza de cómo "meter colores es algo que se me impone", y la opción tomada de no realizar series, como suele estilarse en esta disciplina, optando porque cada una de las piezas sea única.
Lo suyo pasa más por responder a lo que le dictan sus propias sensaciones, por dejarse llevar por lo que imprime sobre su instinto la espontaneidad. "No me ciño demasiado a las leyes, me gusta sorprenderme", asegura Amann, cuyo trabajo respira mejor en esa "anarquía" de la prueba y la búsqueda como claves constantes.
Si para Paloma exponer su muestra Espacios..., exteriores..., encuentros... en Artes y Oficios -donde estudió con Lauren Allende- tiene "un significado especial" por ese retorno a casa, también le sucede lo mismo a Asier Bejarano, para quien su exposición individual supone jugar en ella y dar a la par su primer paso en estos pormenores públicos. "Intentar pintar sin pintura" es el objetivo de sus esculturas, que, "con la luz del espacio" y esculpidas en aluminio, buscan en el pliegue las coordenadas que ejercitan su gesto.
"Intento sacar diferentes colores de una pieza a otra", explica Bejarano sobre Los mapas del alma, una colección de lienzos volumétricos, que parten de la creación más puramente física, sobre todo con elementos afilados. "Son todas piezas manuales, aunque estos trabajos se suelen hacer con láser", añade, invitando a que cada espectador establezca sus propias metáforas a partir de la reunión de piezas.
Sobre gotas se estableció la tercera muestra, que surgió -a través de la fotografía- entre días lluviosos y paraguas que -rotos, abandonados, perdidos- hablan con su humanizada presencia de "abandono, exclusión u olvido". Lo hacen a través de un tono surrealista que busca hacer pensar al que mira, alternando espacios abiertos e íntimos, que también se conjugan desde el tamaño de las composiciones.
Ocho artistas del Colectivo Tenderete juegan con las varillas en las instantáneas y el vídeo de ¿Dónde están los paraguas que hemos perdido? Paraguas para abrir interrogantes y sensaciones desde sus historias. A los mismos miembros del colectivo les sucedió, en plena gestación de la muestra. Se dejaron el suyo en un bar. Y al volver seguía allí. Como está muestra en Gasteiz, latente hasta el ecuador de enero.