Madrid. Triunfó en un mundo reservado a los hombres y se convirtió en una imprescindible del grupo de los impresionistas. La primera exposición monográfica dedicada Berthe Morisot que se organiza en el Estado puede visitarse en el Museo Thyssen desde ayer hasta el próximo 12 de febrero. Organizada en colaboración con el Museo Marmottan Monet de París, el recorrido muestra treinta pinturas procedentes de esta institución, un préstamo de la Fondation Pierre Gianadda de Martigny (Suiza), y otras obras de las colecciones del Thyssen.

Paisajes, escenas cotidianas o retratos íntimos permiten hacer un recorrido por la producción artística de la pintora francesa, así como por su vida privada. "En su obra se proyectan multitud de figuras femeninas a partir de las cuales reflexiona sobre su condición de mujer y de artista. Se trata de una pintora autorreflexiva cuya virtud dominante en su obra fue la autoconciencia", en opinión de Guillermo Solana, director artístico del Thyssen.

Berthe Morisot (Bourges, 1841-París,1895) perteneció a una familia de la alta burguesía y fue educada en el gusto por las artes y la música. Su interés y capacidad creativa hicieron que profundizase en su formación pictórica, junto a su hermana Edma.

En 1858 Berthe y Edma entraron como copistas en el Louvre y conocieron a Henri Fantin-Latour y Félix Bracquemond. Gracias a su maestro Achille Oudinot conocieron a Camille Corot, que influyó en ellas de forma determinante, aunque su hermana abandonó la carrera artística tras contraer matrimonio.

Posó para Édouard Manet en El balcón, obra presentada en el Salón de 1868, y contrajo matrimonio con Eugène Manet, hermano del pintor, otra de sus grandes influencias.

Presente en todas las exposiciones de los impresionistas, salvo en una ocasión, Berthe Morisot fue reconocida junto con sus compañeros "y los críticos no la trataban de modo diferente a sus colegas impresionistas e incluso a veces se la apreció más que a estos", señaló Guillermo Solana, para quien Morisot fue "una rebelde suave, que hizo compatible sin conflictos su condición de esposa y madre con la de pintora".

Paloma Alarcó, conservadora del Thyssen y comisaria, ha organizado la exposición siguiendo un recorrido temático y cronológico en paralelo a la trayectoria vital de la artista.

Desde la influencia que ejercieron en ella Corot, en la pintura al aire libre, y Manet, en los retratos íntimos, pasando por el capítulo Pintar la vida, vivir la pintura -en alusión a cómo la definía su amigo el poeta francés Paul Valéry, quien solía decir que "vivía su pintura" y "pintaba su vida"- la exposición profundiza también en sus parques y jardines y en el mundo rural.