Vitoria. Elegir una obra de la colección permanente de Artium, unirla con la creación literaria propia y a partir de ahí, hablar para y con el público asistente de las temáticas que puedan surgir. A grandes rasgos, esa es la propuesta que realiza el ciclo Letras para el Arte, una iniciativa del museo que ya tiene unos años y en la que han tomado parte escritores como Julio Llamazares, Espido Freire, Lucía Etxebarria, Unai Elorriaga, Juan Manuel de Prada, Patxi Zubizarreta, Ángeles Caso y Lorenzo Silva, entre otros. Este otoño dos van a ser las citas propuestas por el centro, la que el 14 de diciembre protagonizará el catedrático, ensayista y poeta Luis García Montero (Premio Nacional de Poesía) y la que mañana corresponderá al autor y cineasta Ray Loriga.
En su caso, la elección que ha realizado se centra en una pieza de Bill Viola, una vídeo-instalación titulada Hill of whispers (Colina de los susurros). Se trata de un trabajo complejo en el que el público debe atravesar una sala larga y oscura en la que se proyectan diez vídeos dispuestos en dos filas enfrentadas. En las pantallas, otras tantas personas con los ojos cerrados y las bocas amordazadas tratan de hablar, aunque sólo consiguen emitir sonidos ininteligibles que van llenando la habitación y contribuyen a crear una atmósfera cargada e inquietante.
Tomando esa referencia como punto de partida y uniendo la pieza con sus propias creaciones y experiencias, Loriga seguirá los pasos de sus colegas predecesores para construir una conferencia diferente, una historia en la que arte contemporáneo y literatura serán las herramientas, una charla que arrancará a las 19.30 horas en el auditorio del museo (la entrada será gratuita).
Tras trabajar en diversos oficios y publicar relatos en diferentes publicaciones como Underground o El canto de la tripulación, el director de cine, guionista y escritor debutó en 1992 en el mundo de las letras con su novela Lo peor de todo con la que obtuvo mucho éxito.
El mes pasado salió a la luz su última novela, El bebedor de lágrimas, la primera de una trilogía policíaca y romántica dirigida para todos los públicos. Este título toma el relevo de otros que han ido consolidando su carrera, publicaciones como Héroes y Tokio ya no nos quiere. A eso hay que sumar su estrecha relación con la gran pantalla desde su estreno con La pistola de mi hermano.