Antes de que el rock radikal vasco se hiciera carne como tal, en Agurain empezó a dar conciertos un quinteto de punk que se había bautizado como La Polla Records. Era el año 79 y cualquier sitio era bueno para actuar, aunque, en realidad, no fue hasta 1983, con la publicación del EP Y ahora qué?, cuando la banda comenzó a ganarse un nombre entre el público, igual que otros coetáneos como Hertzainak, Cicatriz, Potato... vamos, cuando la escena alavesa era un hervidero por mucho que unas cuantas cosas se hicieran casi de manera artesanal. Pero antes de que todo aquello reventara, Evaristo y los suyos dieron forma a una maqueta que ahora cumple 30 años y eso que nunca se llegó a nacer.

Txarly, Sume, Maleguin, Fernandito y el ya mencionado cantante cogieron 12 canciones que habían ido armando poco a poco, las grabaron como buenamente pudieron, se fueron con el resultado a algunas discográficas y se quedaron con las ganas de obtener una respuesta afirmativa. Por eso Banco Vaticano nunca salió al mercado y hoy es casi imposible encontrar sus doce temas, aunque a través de Internet se puede conseguir algún milagro.

En realidad, el trabajo del grupo alavés no cayó en saco roto. Varios de los cortes fueron incluidos en discos posteriores de la formación, como sucedió con el que da nombre a la maqueta y que aparece en Bocas. Pero otros se quedaron en el limbo, más allá de que sirviesen a La Polla Records en un momento dado para seguir curtiéndose sobre los escenarios.

Punk en estado puro. Eso era la banda y a ello respondía aquella primera maqueta que ahora cumple tres décadas. Duraba un poco más de media hora y, en esencia, resumía las intenciones de un combo muy joven que se estaba haciendo a sí mismo, una formación con mucho que aprender todavía pero que contaba con una actitud que nadie podía reprochar.

Además de la canción que daba título a la maqueta, hubo otras cinco canciones que el público sí pudo conocer en otros álbumes. Fue el caso de Y ahora qué?, Hey, hey, hey y 10 perritos, que formaron parte del primer lanzamiento de La Polla (de hecho, aquel trabajo de 1983 solo tenía un tema más, El alcalde). Nací sin carnet, por su parte, se recuperó para el disco Ellos dicen mierda, nosotros amén de 1990, mientras que Juanito Tergal (versión del Johnny B. Good de Chuck Berry) se sumó a Barman, de 1991.

No corrieron la misma suerte otros seis cortes de la maqueta como fueron La muerte te ama, Muévete, Pepe, El fin del mundo, Rock n' roll y Poder, composiciones que el combo no recuperó, por lo menos dentro del estudio, y que hoy en día es todo un reto poder encontrarlas y escucharlas.

Lo que vino después de Banco Vaticano es ya parte de la historia de la música del País Vasco. La Polla, que perdió el apellido por el camino, estuvo durante 24 años pegado al directo pero sin dejar de editar discos y EP como Salve, No somos nada, Negro, Toda la puta vida igual... Pero todo tiene un principio y aquella maqueta, aunque no consiguiera encontrar una discográfica dispuesta a apostar por ella, supuso un primer paso que hay que valorar con el paso del tiempo.

En aquella Álava de 1981, la crisis económica y la inestabilidad política fueron el caldo de cultivo perfecto para que una juventud inquieta buscara a través de la cultura nuevas formas de expresión. Tres décadas después, los problemas con el dinero se repiten, las cuestiones de la cosa pública viven también momentos históricos (por lo menos en Euskal Herria) y los jóvenes... Bueno, son otros tiempos, ni mejores ni peores, simplemente son muy distintos.