París
La primera dama de Francia, Carla Bruni, anunció ayer en su página web que su hija, nacida el miércoles en un hospital de París, se llama Giulia. "Estoy muy emocionada por los numerosos mensajes de felicitación que me han llegado desde el nacimiento de nuestra pequeña Giulia", señaló la esposa del presidente francés. En un breve texto colgado en su página web, Bruni señaló que "en esta alegre ocasión" Sarkozy comparte con ella la emoción con la que han recibido esas felicitaciones y agradece esas muestras de cariño. El presidente habló durante un viaje de trabajo de la "felicidad que están viviendo" tras el nacimiento de su primera hija en común, y aunque dejó claro que se trata de una cuestión "privada", señaló que dejaba a la madre de la criatura anunciar el nombre elegido. Madre e hija "están muy bien", dijo el orgulloso papá.
Sin embargo, parece que el matrimonio presidencial seguirá guardando silencio. "Todos los padres aquí presentes entenderán nuestra enorme alegría, una alegría que es aún mayor cuando se mantiene en privado", dijo Nicolas Sarkozy ante los micrófonos de la televisión BFM. Esas fueron las primeras palabras del mandatario tras la llegada al mundo de la pequeña, a la que no pudo conocer hasta ayer. Aunque el palacio no emitió ningún comunicado oficial -como tampoco hizo con el embarazo- unas horas después de que trascendiera la noticia, la ministra de Educación, Nadie Morano, ya habló de un "feliz acontecimiento". Y por partida doble: no solo es la primera vez que una primera dama francesa tiene un hijo durante el mandato de su marido, sino que también es el primer hijo de Bruni, de 43 años, con el presidente Sarkozy, de 56.
'día d' El diario Le Parisien reconstruyó ayer el día decisivo: por la mañana, Carla fue discretamente acompañada por su marido a la clínica. Después, Sarkozy presidió el consejo de ministros sin realizar ningún comentario y almorzó con un grupo de diputados. Solo tuvo media hora por la tarde para regresar al centro médico a ver a su mujer, ya con contracciones. Más tarde, tomó un vuelo a Fráncfort para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, y preparar la cumbre de la Unión Europea del domingo.
La niña nació en el seno de una familia formada por cuatro hijos y un nieto, y podría granjearle algunas simpatías a su padre antes de las elecciones presidenciales de 2012. "Un pequeño rayo de sol en el cielo cubierto de nubes de Sarkozy", bautizó la revista Gala a la niña. Y tiene razón: mientras nacía su hija, Sarkozy estaba lejos de París, tratando de solucionar los problemas del euro. No obstante, según una encuesta del instituto TNS dada a conocer ayer, a los franceses no parece influirles demasiado el bebé del Elíseo. Lo que la mayoría de encuestados exige de una primera dama es discreción, un requisito que conoce bien el propio Sarkozy, cuya popularidad en los sondeos cayó debido a la exposición de su vida privada. No obstante, los comienzos de su relación con Bruni generaron una enorme atención mediática, desde su primera aparición en Eurodisney hasta el anuncio oficial en una conferencia de prensa en el Elíseo: "Con Carla va en serio".