Vitoria. Aunque a este 2011 todavía le quedan algunas sorpresas y a pesar de que la Red Municipal de Teatros anda enfrascada tanto en la realización del Festival Internacional de Teatro como en lo que será la programación navideña, el trabajo no se detiene y en el Principal ya tienen los ojos puestos en 2012. De hecho, para el arranque del nuevo año ya se conoce la primera novedad, en este caso, musical.
La Oreja de Van Gogh, que pasó por última vez por tierras alavesas para actuar en el programa festivo de La Blanca de 2009, regresará a Vitoria el próximo sábado 4 de febrero y lo hará para subirse a las tablas de la calle San Prudencio a partir de las 20.30 horas. De momento, se desconoce el precio que tendrán las entradas, unos pases que se pondrán a la venta a lo largo de enero de 2012.
Será la ocasión perfecta, por tanto, para que los seguidores de la banda donostiarra vuelvan a encontrarse con el grupo y, además de repasar viejos éxitos, conocer de primera mano las canciones del nuevo disco del combo, Cometas por el cielo. El álbum fue presentado hace unas semanas y desde que ha visto la luz ha conseguido algo que parece complicado en los tiempos que corren para la industria musical estatal como es colocarse en el número uno de las listas de ventas y hacerlo, además, casi como en los viejos tiempos del mercado, algo que no sólo ha sucedido a este lado del Atlántico puesto que en países como México el éxito ha sido parecido.
Con estas bases, son miles los fans que esperan con mucho interés que la gran gira que el grupo inicia ahora y que a buen seguro durará lo suyo dividida en distintas fases (primero pasando por teatros y recintos cerrados para luego llegar a grandes estadios) llegue a sus ciudades o lo más cerca posible. En el caso de los seguidores de Gasteiz, no tendrán que desplazarse nada, aunque no hay que ser adivino para saber que las casi 1.000 entradas que se pondrán a la venta desaparecerán más pronto que tarde.
Con una vocalista o con otra, La Oreja de Van Gogh ha demostrado en sus dos últimos discos que no necesita acordarse de las antiguas compañeras de viaje para mantener e incluso incrementar sus niveles de popularidad. Su pop para todos los públicos ha sumado a espectadores de distintas generaciones y ha hecho que lo que algunos han venido llamando Donosti sound se perpetúe incluso entrado el siglo XXI.