Vitoria. Da la impresión, en ocasiones, de que el tiempo pasa muy deprisa y de que no se valoran las cosas como se debiera, no por desconocimiento sino porque para cuando uno quiere tomarse un momento ya se le ha pasado la oportunidad. Están a punto de comenzar las representaciones de una nueva edición de la campaña de teatro escolar que impulsan la compañía alavesa Paraíso y el Ayuntamiento de Gasteiz. De hecho, las primeras acciones se han llevado ya a cabo en los centros educativos. La agenda no para, pero es necesario detenerse, aunque sólo sea unas líneas porque no todos los días una apuesta cultural de esta índole llega a ser mayor de edad.

Son 18 velas las que tiene que soplar un proyecto que tiene también su hermano en la provincia (en este caso, llevado por el grupo de Abetxuko junto a la Diputación) y que, aunque las cifras en cultura no dicen demasiado, ha llegado ya a más de 400.000 escolares. Se dice pronto y se lee deprisa, pero el número no tiene desperdicio y expresa con contundencia lo importante y necesario de la apuesta.

Como es natural, detrás hay muchos momentos e historias, siempre vinculadas a las butacas y el escenario del Teatro Beñat Etxepare. El centro cívico Iparralde es el más antiguo de toda la red gasteiztarra y en él se llevó a cabo por primera vez en la trayectoria del Festival Internacional de Teatro un ciclo escénico para los más jóvenes. Eso sucedió en 1991 y dos años después se puso en marcha el proyecto de Paraíso, una programación que iba mucho más allá de la mera exhibición y que ha ido cimentándose con el paso del tiempo.

Un café con los profesores suele ser el primer paso de cada temporada. Su implicación es más que necesaria. Y llegados a este punto, incluso no sería extraño imaginar que entre los maestros se encuentra más de uno que en su día pasó por el Beñat pero como estudiante. También se busca la complicidad de las familias y crear un cuerpo teórico a través de jornadas para especialistas en las que Paraíso cuenta con el apoyo de la Escuela de Magisterio de la Universidad del País Vasco. Con acciones de este tipo se completa el contexto para arropar el trabajo con los verdaderos protagonistas del proyecto.

Eso sí, los alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria no se limitan a sentarse en las butacas del Etxepare y ver lo que se les ofrezca. Antes y después de los espectáculos se les invita a tomar parte en distintas acciones (como, por ejemplo, escribir sus propias críticas teatrales) que cuando acaba la temporada son premiadas en una gala de clausura del curso interpretativo que se lleva a cabo en el mismo escenario.

En esta temporada 2011/2012, La Trepa Teatro, los alaveses Panta Rhei, Cascai, Gorakada, Teloncillo, Arden Producciones y Nu acompañarán a Paraíso a la hora de llenar las tablas de imaginación e historias de lo más diverso. Eso sí, la compañía de Abetxuko no sólo coordina, también representa. Esta vez será el turno para Los músicos de Bremen y Kri Kra Kro. En el caso de este último espectáculo, por cierto, aquellos que así lo deseen podrán seguir la obra en inglés, toda una novedad este curso.

De esta forma se construye un nuevo cumpleaños, uno especial teniendo en cuenta que llegar a la mayoría de edad más que importante es un milagro cuando de cultura se trata. Y Paraíso no se queda sólo en este programa en la capital alavesa o en el que organiza por el resto del territorio. Los bebés también son su público y dentro de unas semanas así lo volverán a demostrar dentro del ciclo especial que, desde hace varias ediciones, celebra el Festival de Teatro.