Vitoria. Hace seis años, Caja Vital decidió levantar su propio centro cultural en Gasteiz, un espacio de nueva generación enfocado, sobre todo a los jóvenes, a la producción emergente, al intercambio creativo, a la sostenibilidad... Para dar forma y fondo a la propuesta, la entidad se fijó en Araceli de la Horra, quien en esos momentos llevaba las riendas de Montehermoso, proyecto dependiente de un Ayuntamiento de Gasteiz que tomó la decisión de no buscar tanto cubrir el hueco humano como encontrar una propuesta integral para el equipamiento. En esa búsqueda, el elegido fue Arakis y un modelo de trabajo que unía arte con feminismo y la sociedad actual. Sin quererlo, ese baile de nombres y propuestas empezó a convertirse en un interesante caldo de cultivo para el arte contemporáneo alavés, en particular, y para la cultura del territorio, en general, por mucho que ambas iniciativas, como era normal, estuvieran rodeadas de incógnitas. Un par de años después, a ese mapa que se estaba dibujando casi por sí solo se le unió la aportación foral en forma de dos decisiones importantes. Por un lado, se produjo la elección de Daniel Castillejo como nuevo director de Artium tras la marcha de Javier González de Durana al TEA de Tenerife, con lo que eso suponía con respecto a la filosofía que el por entonces responsable de la colección permanente del museo defendió con respecto a las formas de trabajo del espacio de la calle Francia y su relación tanto con la comunidad artística cercana como con los otros centros e iniciativas culturales. Por otro, se dieron los primeros pasos para crear un nuevo modelo de gestión de las tres salas forales de exposición existentes en la capital alavesa, un trabajo que la institución quería compartir con los artistas locales. Así nació el Proyecto Amarika.

Con esas cuatro patas de la mesa (Krea, Montehermoso, Amarika y Artium) muchos han sido los ojos que durante estos últimos años se han vuelto hacia Álava, miradas que no sólo han venido desde otros puntos del Estado, sino también desde el extranjero.

Sin embargo, el mapa nunca ha llegado a estar completo del todo y ahora ya se puede decir sin problemas que nunca será una realidad. Quienes veían en esta coincidencia de infraestructuras, personas y proyectos una oportunidad única imposible de dejar pasar, hoy se frotan los ojos. Quien no creía en nada de lo que se estaba haciendo, puede estar satisfecho.

Con la crisis como excusa perfecta, Caja Vital decidió hace unos meses dejar en el aire su centro cultural y aunque todavía no ha hecho oficial su defunción, la vuelta de De la Horra al Ayuntamiento es el más claro indicativo de que Krea ha muerto. Su hasta ahora responsable regresa a Montehermoso ya que el Consistorio ha decidido que aunque Arakis había hecho un buen trabajo, ya no le quiere, entre otras cosas porque resulta caro. Desde ayer, la relación entre Amarika y la Diputación es historia, por mucho que la asamblea perviva. Y en el mapa ya sólo queda Artium.