Estos premios compran un poco de tiempo para trabajar...
Claramente. Yo no conozco a nadie que se pueda dedicar profesionalmente a esto si no tiene algún tipo de ayuda. Si no tienes familiares o amigos dispuestos a dejarte de vez en cuando dinero, es mejor no entrar (risas). Estos premios te permiten devolverlo y dejarles una temporada tranquilos. Te da tiempo, opciones, ideas, te anima. Es un espaldarazo por todos lados. Y para el libro. Porque los libros, normalmente, caducan enseguida.
Es un renacimiento para ellos...
Eso es. Los libros normalmente tienen un ciclo. Pues estos tienen dos.
¿Cómo recuerda el momento de la decisiva llamada?
Yo trabajo en casa, soy autónomo, pero ese día había estado fuera. Llegué y había dos llamadas de un móvil que no conocía. Yo me había hecho a la idea de que el premio ya había pasado, y a otra cosa. Así que cuando oí "soy Blanca Urgell", pues... Una pasada. Saltando.
'Tradúzcanos' un poco su trabajo...
Llevo diez años dedicándome a traducir, sobre todo literatura, casi todo del francés. Éste ha sido un libro un poco diferente, porque está escrito en serbocroata y yo no sé serbocroata. Desde el principio se planteó que iba a traducirlo desde el castellano y el francés, pero me di cuenta de que no podía ser, de que hacía falta más. Ha sido una locura. Si normalmente un libro me cuesta un año, con éste he estado dos. Lo que no es un mérito, sino un problema. He trabajado con una traducción italiana muy buena -si tuviera que hacerlo otra vez, cogería esa-, con otra del inglés, con el original, con un diccionario para el libro original, sin saber mucho del idioma... Tenía en el ordenador un documento con seis columnas.
Todo este trabajo le habrá dado más calidad, más texturas...
He estado muy metido en el libro. Cuando me ponía a trabajar -tengo el despacho en el trastero-, decía 'me voy a Bosnia'. Y he pasado más tiempo allí que en casa. Me gusta mucho documentarme, así que he visto películas, he escuchado música. Es un mundo. No conoces nada, y de repente son cuatro siglos de historias que pasan allí, muy bien hilvanadas. Se leía muy fácil y yo me decía 'tengo que hacer lo mismo', y quizás me he impuesto eso demasiado, no sé. Kusturika dijo en una entrevista 'éste libro para nosotros es como la Biblia'. Quiere hacer desde hace tiempo una película.
Parece que le ha absorbido...
Sí sentía que este libro tenía algo más que las otras traducciones. Me pedía más. Igual estaba cansado, sin dormir, me metía a trabajar y, de repente, estaba a gusto. Y cuando lo dejaba era porque ya no podía más. Ha sido una locura para todos. Además, todos los traductores trabajamos un poco en la duda. ¿Cómo pongo esto? Dudas concretas y dudas más amplias. Acaba el libro y dices, '¿estará bien?'.