Dice que todavía está en "fase de aprendizaje". Pues este premio no está nada mal para empezar...

Publiqué el año pasado, y esto es un espaldarazo enorme. Cada uno es como es, a mí me cuesta valorar lo que hago, es imposible ser objetivo, y oírlo en las voces del jurado, de cualquier persona, me emociona. Espero que no se me pase, igual es que llevo poco tiempo.

¿Llevaba mucho tiempo trabajando en el mundo de la ilustración?

En realidad, me he dedicado al diseño gráfico. Dibujar he dibujado siempre, algunos cómics, cosas sueltas, pero nunca me había planteado que podía ser una profesión. Y poco a poco se fue... Tampoco ha sido un cambio... Es que no sé cómo ha pasado todo. Se fue fusionando mi vida con lo que me gustaba realmente, y al final he terminado acercándome a ello.

Y compitiendo con usted mismo, porque otro de los finalistas también era un trabajo suyo, 'El cazador y la ballena'...

Si me llego a ganar no me hubiese hablado a mí mismo. ¡Aunque en realidad me he ganado! Algo voy a tener que hacerme (risas).

Hable un poco del trabajo ganador...

La editora, Arianna Squilloni, se arriesgó con este libro, que es bastante, no sé, inusual. Para las bibliotecas es difícil de catalogar. En teoría es un catálogo botánico que es capaz de fusionar plantas con cualquier otra cosa. Se planta un olivo, que en realidad es un trabuco que dispara aceitunas, pero sólo funciona una vez al año... En realidad es una excusa para crear pequeñas historias que se van entrelazando a lo largo de todo el libro.

¿Inspirado en libros científicos, en los manuales antiguos de botánica que podemos imaginarnos, con sus cuidadas ilustraciones...?

Si, bueno. Es que la culpa la tiene mi mujer. A ella le encanta el tema de la botánica, de la entomología. Siempre que viajamos por ahí, vamos a visitar algún jardín botánico... A mí me parece bien el tema de las plantas. Visitamos, por ejemplo, el Physic Garden que hay en Chelsea, del siglo XVII, y por allí han pasado Newton, Darwin... Y a mí me interesaba más eso, me fui metiendo más en el tema que le interesa a ella, pero por ese otro lado, leyendo libros, cosas... Y, cuando me llegó el momento de hacer un libro propio, pues surgió esto. Tenía un personaje que se dedicaba a hacer inventos, y Arianna me dijo que podía hacer un catálogo de esos inventos. Y, como mi especialidad es complicarme la vida, se fue complicando la historia y se convirtió en lo que es ahora, un montón de pequeñas historias entrelazadas con el tema éste de la botánica como una excusa.

Esa falta de catalogación es lo que lo hace especial...

A mí, desde luego, me hace ilusión. Es un libro que ha salido con sinceridad total, no he intentado ni acogerme a ninguna moda ni a ningún estilo, solamente ha salido esto. Tenía la oportunidad de hacer un libro personal, y la gente lo está apreciando. Estoy muy contento.