vitoria
Francesc Colomer, el joven actor que sorprendió en Pa negre, la primera película rodada íntegramente en catalán que competirá por una nominación en los Oscar, ha ganado soltura en lengua castellana. En la rueda de prensa del Zinemaldia del año pasado parloteaba en castellano mientras traducía del catalán. Los nervios lógicos de un adolescente que se enfrentaba a la mirada curiosa de los periodistas. Algún analista tampoco le perdonó que utilizara mal en la gala de los Goya las preposiciones por y para, que en catalán suenan igual. De todos modos, alguna cabeza privilegiada como la del historiador bilbaino García de Cortázar sentenció que era dramático que aquel chaval que recogía el Goya "no pudiera expresarse correctamente en castellano", es decir, una prueba inequívoca de "la agresión al idioma común". En pleno debate sobre el éxito de la inmersión lingüística del catalán, el cine producido en ese idioma ha sido uno de los emblemas de los defensores de esa política.
El catalán, tanto en su versión cinematográfica como televisiva, goza de una salud envidiable. Inevitablemente, desde la periferia de otra lengua minorizada como el euskera, plantea una serie de dudas e incertidumbres. No todas las películas rodadas en euskera en los últimos meses han ayudado a privilegiar la lengua vasca. En algunos casos, se ha resentido.
En Catalunya entienden que el campo audiovisual es una buena plataforma para mejorar la proyección del catalán. Pero no siempre ha sido así. Bea Zabalondo, profesora de Mondragon Unibertsitatea, investiga en su tesis doctoral los efectos del doblaje al euskera, por lo que también ha estudiado el caso catalán. Sostiene que hubo un tiempo en que los consumidores catalanes ponían en entredicho la calidad de la lengua de los medios de comunicación. Sin embargo, le parece una decisión inteligente que contaran con la Universidad, ya que "contribuyeron de manera decisiva a prestigiar la lengua de TV3 en el seno de la sociedad". Iniciativa que no ha prosperado en el seno de la comunidad académica vasca.
La calidad o la verosimilitud del manejo del euskera en el cine y en las series de ficción en televisión ha sido satisfactoria, pero parece que algunas producciones han sido escritas en castellano y traducidas después al euskera. Sin embargo, según Zabalondo, "en estos últimos años se ha avanzado muchísimo en todos los aspectos del cine en euskera, incluyendo en el uso de la lengua. Y, además, creo que es una apuesta consciente y madurada; no es algo improvisado que ha salido más o menos bien, de casualidad". En ese sentido cree que 80 egunean, Zorion perfektua o Urte berri on, amona!, por ejemplo, son producciones cuyo modelo lingüístico está inspirado y recreado desde la propia lengua, desde la propia idiosincrasia cultural. "Los silencios de los personajes en los diálogos de 80 egunean son un ejemplo. Pero, en general, en toda la producción en euskera de estos últimos años yo diría que lengua y narrativa van de la mano", sostiene.
En Catalunya la cinematografía propia ha sido una de las apuestas estratégicas de la Generalitat. Doblaje y ficción en catalán para una comunidad lingüística cada vez más exigente y crítica. Para los productores de Pa negre demuestra la importancia de la diversidad. "Es bueno que mostremos toda nuestra riqueza. Una lengua es un patrimonio de la humanidad. Que los académicos escojan este filme dice mucho de su apertura de miras".
Pa negre ya ha comenzado su carrera internacional. Ya han vendido la película a Francia, China y Japón y en muchas escuelas ha sido programada para repercutir en las clases de historia por su aportación al debate de la memoria histórica. De momento, Catalunya, gracias a su dos cónclaves audiovisuales (TV3 y el cine), es un buen paradigma de la inmersión lingüística en el cine. Y de la fidelización del espectador y del público, que valora satisfactoriamente lo que ve y siente. Porque la lengua cobra vida cuando se hace desde la naturalidad y la profesionalidad.