PAMPLONA. Según ha explicado a Efe el director del Planetario de Pamplona, Javier Armentia, las Perseidas son meteoros, menores que un grano de arena, que a gran velocidad, y a unos 100 kilómetros por encima de la superficie terrestre, tras desprenderse del cometa Swift-Tuttle, colisionan con la atmósfera, de modo que la fricción provoca que se quemen y emitan luz.

"Todos los años, más o menos desde el 25 de julio al 25 de agosto, la Tierra pasa por una región cercana a la órbita del Swift-Tuttle, y la materia que el cometa suelta a lo largo de su órbita se viene con nosotros, como cuando vamos en coche y nos llevamos por delante un mosquito que se nos queda pegado al parabrisas", ha descrito Armentia.

Estos peculiares mosquitos, luminosos y fugaces, se adhieren al parabrisas de la atmósfera durante un mes y durante las 24 horas del día, pero cada verano hay una noche concreta que se convierte en el escaparate idóneo para contemplarlas: este año será la del viernes 12 al sábado 13.

Sin embargo, Armentia ha advertido de que este año la luna estará casi llena en esa fecha, lo que impedirá avistar las Perseidas más débiles, ya que en el cielo, que se hallará más iluminado, se producirá un contraste menor, aunque las más brillantes "se podrán observar estupendamente".

"Así, aunque este año el fenómeno presentará un interés científico menor, porque, desde esta perspectiva, cuantas más se vean, mejor, esto no merma su interés cultural, porque, al fin y al cabo es una fiesta asociada a estas noches de verano", ha puntualizado Armentia.

El punto álgido se alcanzará en torno a las 03:00 horas, momento en el que, en el curso de uno o dos minutos, podrán verse unas cinco lágrimas de San Lorenzo, hasta llegar a una lluvia del orden de las sesenta por hora, si se dieran las condiciones óptimas.

"Pero esto no se da todo el rato, ni en una hora entera, por eso a veces la gente se espera un chaparrón y no es así, aunque a veces se ha producido, y ojalá que pase. A fin de cuentas, siempre miramos al cielo esperando una cosa de éstas, pero no es lo más probable", ha matizado Armentia.

A lo largo del año, la Tierra, en su viaje alrededor del Sol, va pasando por zonas cercanas a las órbitas de diferentes cometas, lo que motiva que "se nos vengan encima" esas corrientes de meteoros y que, cuando se mira al cielo en una noche oscura, siempre sea posible ver una estrella fugaz: "Lo bueno de las Perseidas es que entonces podemos ver más", ha afirmado Armentia.

Para avistarlas, el director del Planetario ha sostenido que el único requisito es mirar al cielo, sin ayuda de prismáticos o telescopios: "Hay que buscar un lugar oscuro, para conseguir el contraste, lo que condena a todos los centros urbanos, ya que tienen unas iluminaciones nocturnas realmente mal diseñadas y con una eficiencia energética muy baja. Hay que irse de la ciudad".

Eso es lo que harán desde el Planetario, que la noche del 12 organizarán una observación astronómica en la Foz de Arbayun, además de otras actividades relacionadas que tendrán lugar a lo largo del día, como la proyección infantil "Abuela Tierra", o una conferencia titulada "Receta para hacer un cometa".

Los que acudan a la observación tendrán que hacerlo bien abrigados, a pesar de la clemencia que suelen mostrar las noches de verano: "Lo mejor es llevarse la manta y la tumbona, para que no se tuerza el cuello, ya que los meteoros pasan por todo el cielo, aunque, como ocurre con los copos de nieve, dé la impresión de que proceden del mismo punto, la constelación de Perseo".

Ésta es el radiante de esa corriente de meteoros a la que da nombre, y que, en noches de verano como la de este 12 de agosto, salpicará el cielo de destellos que, a pesar de su fama de lágrimas, no harán llorar a nadie, y que, aunque fugaces, iluminarán la retina el resto del año. Eso son las Perseidas.