santander. El escritor y académico Antonio Muñoz Molina afirmó ayer que la capacidad de contar historias es una característica "humana" y destacó el papel que juegan la "casualidad" y el "azar" en el desarrollo de una obra literaria para asegurar que "ser escritor no tienen nada de excepcional".

Muñoz Molina (Úbeda, 1956) participa esta semana en el ciclo El autor y su obra de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, en el que expone su experiencia como escritor y las influencias que le han acompañado en su obra, en el curso Itinerarios de un aprendizaje. En su conferencia inaugural, el escritor manifestó que le parece una "vulgaridad que el autor hable de su obra", ya que considera que son las obras "las que tienen que hablar de sí mismas", y opinó que en la actualidad los libros, cuando llegan a los lectores, estos están ya "cargados de prejuicios" por la crítica o la publicidad. "Es muy difícil que el libro llegue al lector en condiciones aceptables", lamentó Muñoz Molina, para quien, aunque hay una crítica que "ayuda al lector a comprender la obra", en el mundo de la literatura actual "hay prisa por la interpretación" y "por la palabrería". Frente a esto, defendió que la literatura "es el arte del detalle" y ha afirmó que a los libros "hay que prestarles tiempo" para que puedan durar, a la vez que ha advertido de que una obra literaria "no es el resultado de una reencarnación", sino de "esfuerzos" y "de azares". "El Quijote podría no haberse escrito", advirtió Muñoz Molina, quien insistió en que los libros "se van escribiendo a golpe de casualidad", por lo que, bajo su punto de vista, ser escritor "no tiene nada de excepcional".

El autor de El jinete polaco, obra galardonada con los premios Planeta y Nacional de Narrativa, hizo hincapié en que "la idea del escritor original y un poco solitario y, a veces, trastornado" no ha acompañado siempre a la creación artística, que, a su juicio, "sólo llega a existir gracias a una suma de ayudas, aprendizajes y complicidades".

También subrayó que la narración es "universal" y "humana" en todas las culturas y que sus temáticas "son las mismas"; así mismo incidió en que contar historias "no es una creación específica", sino que se trata de una estrategia de "supervivencia" que tiene "algo de fundamental para la vida humana". Además, Muñoz Molina defendió la necesidad de que cada persona encuentre su relación con el arte y, específicamente, con la literatura para que le produzca "felicidad, y no frustración", a través de la lectura o del "placer de escribir para uno mismo". "A esta sociedad le gusta mucho crear escalafones jerárquicos para ver quién es el mejor", remarcó el autor, que ha señalado la necesidad de una "comunidad lectora" para que una obra perdure en el tiempo, porque los libros "ni se escriben ni se leen en el vacío". Muñoz Molina, para el que "no hay libro sin lectura", argumentó que una obra literaria "es una partitura que tiene que ser interpretada" y, aunque recordó que la "música es siempre la misma", ha puntualizado que cada lector "lee el libro de una manera distinta".