Vitoria. Tras muchos años escribiendo sobre moda, el vizcaíno Abraham de Amézaga ha publicado su libro Inspiradoras, una compilación de relatos cortos donde retrata a las mujeres. "Empecé a escribir el verano pasado en una terraza en París. Las mujeres que aparecen en el libro son las que veía pasar o han formado parte de mi vida", cuenta este experto en moda, que tiene dos blogs: uno en la revista Vogue y otro llamado Hecho en Europa, donde analiza lo más destacado de un mundo en el que se mueve como pez en el agua.
"He estado mucho tiempo hablando de moda, de productos que embellecen a la mujer porque la moda en un 80% está enfocada a la mujer ya que es una gran consumidora", explica De Amézaga, que añade que "es un poco repetitivo -sobre lo que escribe habitualmente- y este libro es una terapia que me ayuda a mí mismo a desprejuiciar ciertas cosas como que la mujer es difícil o que le da 40 vueltas a una cosa". Esta "terapia" le ha servido para "curar cicatrices y desmitificar ciertas cosas que podemos tener los hombres hacia las mujeres y las mujeres hacia los hombres".
Su libro se puede leer de forma "arbitraria" ya que los capítulos no tienen una continuidad, aunque Abraham de Amézaga señala que "es mejor que el de La psicoanalista sea el último. Hice este orden por la razón de que tengo la mentalidad francesa de ABCD".
Inspiradoras describe al detalle a las mujeres. "Es deformación profesional. Yo me fijo mucho. Cuando una mujer entra en un lugar, ya sé que bolso lleva y qué zapatos para decir que es una mujer impresionante. Me interesa si una mujer transmite algo positivo o no".
elegancia y estilo Si hay algo en lo que es un experto Abraham de Amézaga es en reconocer el "estilo" de una persona. "Es cierto que Chanel tiene prendas impecablemente bien hechas y de una calidad extraordinaria. Cuando uno compra un bolso de Chanel de 2.000 euros hace una inversión porque sabe que ese bolso le va a durar 15 años, sobre todo si es un clásico de Chanel", explica el bloguero y escritor pero asegura que eso no significa que alguien que no use prendas de esa "calidad" no tenga estilo. "Una mujer puede ir de Zara o con una camiseta que se ha hecho ella misma pero desprende una naturalidad...". De Amézaga reconoce que "si una mujer con estilo lleva un bolso de Chanel es aún más bella porque desprende un refinamiento mayor". El escritor bilbaino se encuentra afincado en París y asegura que la capital francesa es "la cuna de la moda, sobre todo del lujo, del saber vivir, del refinamiento, del perfume". Tiene una visión cosmopolita y a cada lugar del mundo le otorga un adjetivo. "La mujer parisina tiene un envoltorio que no lo he encontrado en ninguna otra mujer mientras que la española es mucho más espontánea y la mujer latinoamericana tiene espontaneidad, frescura". Pero esa elegancia que encuentra en la fémina parisina también lo halla en Bilbao. "En Indautxu, en Abando, en la zona centro", señala el bloguero. Aunque apunta que Francia tiene ese halo especial porque "desde que están en el colegio a las niñas ya les enseñan a estar derechas de manera natural, sin rigidez".
¿Prenda básica? Las revistas y las propias marcas de moda suelen recomendar tener unas prendas básicas con las que salir siempre airoso en cualquier compromiso ya sean unos pantalones vaqueros o un vestido negro. Abraham de Amézaga no está muy de acuerdo con esta tendencia. "Lo que siempre se lleva es lo bien hecho. Aunque tengas una chaqueta de hace 10 o 15 años, si está bien hecha, te queda bien y está corte es normal, es eterna".
Cada año, los diseñadores proponen dos colecciones pero "de lo que se ve en la pasarela se comercializa el 30-40 por ciento". En esos desfiles, De Amézaga asegura que "un diseñador intenta reflejar su estilo, lo que él ha imaginado para esa colección pero no se va a comercializar todo. No tendría salida. Cada mercado tiene sus necesidades".
aspectos negativos Uno de los puntos más negativos de la globalización de las firmas de ropa es que "antes veías unos contrastes que te enriquecían". Esta "democratización" ha provocado que "hoy en día todas las ciudades tienen las mismas cadenas de ropa" y la consecuencia es que "hay una uniformización". ¿La solución para que cada persona tenga su propio estilo?. "Elegir lo que te va a ti, con tu personalidad. Sacar tu personalidad ayudado por tu indumentaria".
Tiene claro que la elegancia no va ligada a que la ropa sea una marca, aunque reconoce que "una marca se paga. El estilo y la elegancia no está en llevar logotipos. Eso me parece de una vulgaridad impresionante, de nuevo rico". Pero si hay algo que no soporta es "llevar logos falsos".