Abrir ahora Krea tal y como fue concebido sería una "irresponsabilidad", una acción "sin orden ni concierto" ya que no se tiene "una idea de qué se quiere hacer", un "lujo" que se traduciría en un error dentro de una época en la que "es necesario exprimir cada céntimo de euro". Por eso, hay que "redefinir" el proyecto paralizando todo y pensando en buscar un uso "rentable" y "empresarial" al edificio de Betoño destinado a ser la sede oficial del centro cultural. Detrás de estas palabras de Carlos Zapatero, presidente de Caja Vital, se encuentra una intención en firme de los actuales gestores de la entidad: modificar de forma sustancial e incluso suprimir la gran apuesta de la Obra Social de la entidad alavesa para el siglo XXI. La reflexión iniciada no depende ya ni del futuro de la fusión con BBK y Kutxa. La crisis se ha convertido en la gran excusa para transformar o terminar con una propuesta que, en contra de lo que dice el máximo responsable de la caja, lleva casi cinco años configurándose.
Mucho ha sorprendido en el sector cultural alavés esa justificación, expresada hace unos días en una entrevista en Radio Vitoria, de falta de planteamientos, ideas o planes para el centro toda vez que su nueva sede, que ha costado 18 millones de euros, estuviera abierta. Y es que si algo lleva haciendo Krea desde su puesta en marcha es definir, apuntalar, potenciar, arrancar y difundir qué quiere hacer desde los ámbitos de la creación, la juventud y la sostenibilidad. Es más, el hecho de no tener su casa oficial no ha sido impedimento para que haya organizado charlas, actuaciones, festivales, encuentros profesionales, concursos de poesía o cómic, entre otras, al tiempo que ha apoyado iniciativas culturales públicas, asociativas y privadas. Y todo ello sin olvidar su ambicioso programa de becas, parte fundamental de su labor diaria. ¿Es que cuatro años y medio de trabajo no han servido para nada, ni siquiera para que el actual presidente de la Vital sepa qué quiere ser el centro ahora y en el futuro?
"Es un proyecto arriesgado pero también necesario y que, creo, tiene el éxito asegurado. Es una idea que no nace para competir, sino para sumar (...) Krea será un escaparate para los creadores, un lugar de encuentro para todos y un espacio para el pensamiento, la opinión y la libertad". Son palabras dichas por Gregorio Rojo, entonces presidente de la entidad de ahorros alavesa, el 30 de noviembre de 2006, el día en el que, de manera oficial, nacía el proyecto.
Tiempo antes de esa jornada, la Vital había decidido, guiada por el éxito de La Casa Encendida que Caja Madrid tiene en la capital del Estado, contar con un centro cultural de última generación que superase los modelos existentes al tiempo que creaba en Betoño un nuevo eje cultural al trasladar también allí a la Fundación Sancho el Sabio. Todo ello para ocupar una zona de unos 16.000 metros cuadrados obtenidos tras una permuta con el Ayuntamiento de Gasteiz, por entonces interesado en ganar espacio en el Paseo de la Senda para el auditorio impulsado por Alfonso Alonso.
Aquel 30 de noviembre de 2006 no sólo se presentó el proyecto arquitectónico ideado por Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo y se rebautizó el antiguo convento de las Carmelitas, sino que también se puso en marcha el centro en sí bajo la dirección de Araceli de la Horra (hasta ese momento, máxima responsable de Montehermoso), quien, con un equipo humano casi inexistente, se puso manos a la obra desde el segundo uno.
De manera paralela en el tiempo, el espacio fue construyendo su fondo y su forma. En el segundo caso, eso sí, costó lo suyo arrancar. La construcción de un nuevo edificio de cristal que abrazase el antiguo convento suponía, debido a su altura, modificar los planes urbanísticos de Betoño, un trámite en el que todo el mundo parecía estar de acuerdo pero que se demoró en el Ayuntamiento de Gasteiz lo que no está en los escritos. Eso hizo que las obras en la sede, cuya apertura estaba prevista para principios de 2009, comenzasen en septiembre de 2008.
Por el camino, y debido a la crisis, la entidad decidió hacer algunos cambios en los planes iniciales de los arquitectos y así, por ejemplo, desaparecía el auditorio subterráneo y otras instalaciones, sin afectar, eso sí, a las partes fundamentales del proyecto. El coste total debía ser de 14 millones de euros más otros 4 de IVA (a lo que habría que sumar los 3,9 millones que se llevó la construcción de la nueva casa de la Fundación Sancho el Sabio en el antiguo cementerio de las monjas).
Las labores en la sede del centro cultural terminaron en diciembre del año pasado y el acondicionamiento mínimo de su interior se hizo en muy poco tiempo. Todo estaba claro, qué era necesario en cada lugar, qué iba aquí o allí, dónde iba a estar esto o lo otro... Y no por nada, sino porque el equipo directivo de Krea había seguido el avance de los trabajos a pie de obra, como en exclusiva fue testigo DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en julio de 2009, siendo el primer medio de comunicación que pudo entrar en la construcción de Betoño.
Aunque no se ha admitido de forma pública, el espacio sí ha tenido fecha de inauguración y con Carlos Zapatero como presidente de la Vital. Pero la entidad comunicó minutos antes de su última asamblea ordinaria (el 31 de marzo de este año) que la apertura de la sede quedaba en suspenso. Este periódico pudo saber que la entidad vinculaba esa apertura al proceso de la fusión con BBK y Kutxa pero que, más allá de algún ajuste económico, el proyecto de Krea no se iba a modificar en nada puesto que no se ponía en tela de juicio su validez sino las posibilidades económicas de la Obra Social. Todo eso cambió hace un par de semanas cuando el propio Zapatero certificó que quería dar marcha atrás, transformar la propuesta cultural sin descartar su desaparición y usar el edificio de Betoño (que sigue vacío) para otros menesteres cercanos al mundo empresarial que podrían compatibilizarse o no con la acción cultural.
Con contenido Mientras esta historia se ha ido sucediendo, el centro no ha parado en lo que importa, su aportación cultural y social. Primero desde sus oficinas provisionales ubicadas en la plaza de Los Fueros y, en los últimos meses, desde la sede de la Vital junto al Buesa Arena, Krea ha ido consolidando su proyecto aprovechando además las facilidades de las nuevas tecnologías.
El principal soporte de su actividad ha sido su programa de becas. A través de las cuatro convocatorias realizadas hasta el momento, el centro ha apoyado más de medio centenar de proyectos, algunos de los cuales han conseguido relevancia internacional (con presentaciones y galardones en Londres, Madrid, Florencia...) y han servido para que sus autores, la mayor parte jóvenes, consigan otras ayudas de instituciones artísticas de primer nivel.
A eso hay que unir programas nacidos de la propia iniciativa del espacio como Silencio Krea, Luna Krea, Zinemastea 2.0, KREAzurekin (reunión de colectivos de jóvenes o que trabajan por ellos), el Encuentro Audiovisual de Krea... Sin olvidar un sinfín de talleres, cursos y charlas, así como iniciativas heredadas de la Obra Social como los certámenes de teatro, fotografía, poesía y cómic (cabe destacar que en este último caso se han puesto en marcha ideas como las guías para jóvenes con la ayuda de autores como Paco Roca, Joaquín Reyes y Mauro Entrialgo). Y a eso hay que añadir las colaboraciones del centro con la Filmoteca Vasca, Sinkro, Helldorado, Teatro Zanguango, Gauekoak, Factoría de Fuegos, Proyecto Amarika, Artium, Oreka, la Escuela de Artes y Oficios, Atiza, Teatro Paraíso, Azala, Cortada, Periscopio, el Instituto Mendizabala, el Muak! Gasteiz, el Certamen Coreográfico de Madrid, la Gasteiz Big Band, el Saxatak Festival, la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Vitoria...
Así se han configurado un pasado y un presente que parecer que no es suficiente para la Vital, dispuesta a dar marcha atrás si no en todo, en casi todo. De ser así, el mapa cultural de Álava quedaría muy dañado.