vitoria. Sale a unas cien líneas por día. Del 30 de agosto al 4 de septiembre, Gasteiz vuelve a rendirse al paganismo de las 625. Catódica en lugar de católica, se convertirá por tercera vez en pantalla para acoger en exclusiva los primeros capítulos de series de estreno o los inicios de las nuevas temporadas de las que ya vienen reventando el share, episodios con sabor a cadena estatal o a producción internacional que este año suman sección paralela dedicada a episodios Pilotos y un curso para monologuistas.

En el próximo otoño, las cadenas volverán a medir fuerzas con sus apuestas de ficción, ese caballo de batalla que salta en el tablero de las contraprogramaciones encontrando el éxito de la masa irredenta o el ninguneo del ratio de audiencias. Nueve de ellas recorrerán la pasarela de los Guridi, en busca de su primer mando a distancia.

Gasteiz inaugurará el remake de Cheers, que pone acento cañí a la taberna irlandesa de Boston con Antonio Resines (Frasier), Alberto San Juan (Sam), Alexandra Jiménez (Diane) y Adan Jezierski (Woody), mientras que el otro cebo de la edición será el debut de Eduardo Noriega en lides televisivas (en plan El mentalista) con Homicidios. La miniserie histórica El corazón del océano (Ingrid Rubio, Hugo Silva); el spin-off de Vaya semanita, Poligoneros, con Jonan y Txori al volante; el humor made in Yllana de Chic-Cas; y la nueva apuesta de los creadores de Pocoyó, Jelly Jamm, completan la apuesta con sello estatal. En la internacional, el eco carcelario llegará de mano de Breakout kings; los efluvios de Twin Peaks se dejarán ver en la revisión de una serie escandinava, The killing; y The Glades pondrá más acento en la investigación de asesinatos, con los Cayos de Florida como paisaje.

Estas nuevas promesas, aspirantes a hipnotizar pupilas, compartirán alfombra naranja con algunas vacas sagradas del prime time, con el estreno de las nuevas temporadas de El Barco, El club de la Comedia, 14 de abril, La República y True blood, que junto a la colección de humorística de Diez cómicos diez, completan estos reencuentros.

"La forma de elegir un programa en la tele es que hacen un programa, y a ese programa lo llaman piloto. Y muestran ese programa a la gente para ver si gusta o no gusta, y según que tenga éxito o no, deciden si hacen más programas como ese. Algunos son aceptados y se convierten en programas de la tele. Otros no lo son, y no llegan a nada". El diálogo de Pulp Fiction sirve para presentar la nueva sección del FesTVal, Pilotos, que funde los trabajos de productoras consolidadas y nuevas empresas en un escaparate de futuros nuevos talentos -o no- que pugnan por tomar la tele.

Con la comedia como principal leit motiv, el plano didáctico de la risa también estará presente con un curso de escritura e interpretación de monólogos de humor, abierto a un grupo de entre doce y quince participantes, guiado por el cómico Alfredo Díaz, y culminado por una pequeña actuación real -con público- como meta. Los monólogos con profesionales, que arremolinaron mucho público en la pasada edición, se repetirán por varios escenarios, con el Machete -aún barajándose- como tabla principal.

Son algunas de las líneas -625 como mínimo- del grueso del FesTVal, que piensa ya en verde para la edición Green Capital y que, por diversas conversaciones con el alcalde, intuye mantener el apoyo del nuevo Gobierno a pesar de los omnipresentes recortes, dependiente, sobre todo, de los fondos del departamento de Promoción Económica, y no tanto de la sección de Cultura. Resines, Noriega, Silva, Rubio... ¿Quiénes se llevarán los gritos de los fans en septiembre?