Vitoria. Tanto Gorka Aginagalde como Iñigo Salinero Txaflas son dos viejos conocidos incluso para sí mismos. La comedia es una palabra que siempre va unida a lo que hacen y, desde hace ya unos meses, los dos actores y el género han formado un trío escénico cuyo primer fruto se llama Cotillas. El espectáculo estrenará su versión definitiva mañana en sobre las tablas del Principal con dos pases (20.30 y 23.00 horas), cuyas entradas están a la venta por 6, 12 y 18 euros.

De la conversación en la barra de un bar (lugar siempre propicio para las buenas ideas) nació un montaje "ácido, hiriente y crápula" que ha sufrido muchas revisiones de guión desde el primer y único pase que se realizó hace meses en la sala Jimmy Jazz hasta la versión definitiva que se pondrá de largo este viernes.

Desde Adán y Eva hasta la actualidad, Aginagalde y Txaflas procuran no dejar nada a salvo, aunque ambos avisan de que "no vamos hablar ni del BAI Center ni de Belén Esteban", porque son Cotillas, como se titula el espectáculo, pero con gusto. "Primero vamos a mofarnos de nosotros mismos y después de todo lo demás", advierten.

Sólo con la compañía de un sofá y con la colaboración de "amigos" como El Pirata de Losdelgás, Arantza Flores y Juan S.A. Aceña, los dos actores afrontan más que una sucesión de sketchs, una historia basada en "el deporte nacional de la envidia" que "es muy exigente, que tiene un ritmo muy alto; son hora y 20 minutos, más o menos, en los que no hay respiro y que nos exigen un esfuerzo importante", explica Txaflas al tiempo que Aginagalde apunta que "para mí, que ya tengo una edad, es peor". Aún así, ambos confían en poder superar sin problemas el reto que supone ofrecer a los espectadores, sin casi descanso, dos sesiones seguidas de la obra. "Nos cambiaremos de camisa, porque sudamos mucho, y poco más", describen. Con la esperanza de saber conectar con el público más cercano, el de su propia casa, los intérpretes ofrecen mañana el único paréntesis teatral en un julio que en el Principal está marcado por la música.