MADRID. Bardem ha pronunciado estas palabras ante el director general de la OMPI, Francis Gurry, los embajadores de los Estados miembros y varios dignatarios internacionales especializados en propiedad intelectual. La presencia del actor español más internacional era el plato fuerte del 'Diálogo de Alto Nivel sobre la Industria Audiovisual', un encuentro promovido por la OMPI en el que también participaban el productor británico Iain Smith; el productor y director indio Bobby Bedi y la presidenta ejecutiva de la entidad egipcia Al Arabia Cinema, Esaad Younis.

A lo largo de casi media hora, Bardem ha pronunciado un discurso en el que glosó el papel de los actores como "unos trabajadores con las mismas inquietudes que cualquier otro ciudadano, más allá de los focos y el glamour", y ha reclamado un reconocimiento legislativo adecuado para ellos. "Una industria sin equilibrios, que no proteja adecuadamente a sus trabajadores, está abocada antes o después al fracaso", aseveró ante las máximas autoridades mundiales de la propiedad intelectual.

Detrás de estas palabras de Javier Bardem figura la reiterada demanda, por parte de los artistas intérpretes, de "un instrumento internacional de mínimos y dotado de cierta flexibilidad" que consagre los derechos intelectuales de los actores en cualquier parte del mundo. La OMPI ya intentó promover un tratado internacional de estas características en sus conferencias diplomáticas de 1996 y 2000, pero no logró un texto de consenso que aunase los distintos modelos vigentes en materia de propiedad intelectual: el copyright en la órbita anglosajona y los derechos de autor en los países de la Europa continental y Latinoamérica.

"UNA PROTECCIÓN MÍNIMA"

La OMPI retomará estas negociaciones dentro de un par de meses, en su Asamblea General de septiembre, y Bardem aprovechó su discurso para insistir a sus representantes que ha llegado el momento "de contar con una protección mínima para nuestras interpretaciones audiovisuales".

Ese texto definitivo, según Bardem, "debería garantizar al actor una pequeña compensación económica una vez ha finalizado su trabajo en la fase de producción", con independencia de cuál sea el contexto geográfico del largometraje o serie televisiva en cuestión. Y todo ello se justifica, insistió el ponente, "porque solo los actores aportan y comprometen su imagen personal".

"Ninguna obra audiovisual de ficción llegaría a nacer como proyecto colectivo", recordó Bardem, "sin su correspondiente elenco de actores". El protagonista de títulos como 'No es país para viejos', 'Biutiful', 'Antes que anochezca' o 'Mar adentro' ha recordado que los actores son el único colectivo de creadores que carecen de un tratado internacional, "pese a que nuestra contribución es decisiva en las fases de producción y explotación de las obras". Por eso mismo, incidió Bardem, "pedimos poder participar en alguna medida de los rendimientos económicos de las obras", lo que en modo alguno supondría obstaculizar su libre comercialización, puesto que "los actores somos los primeros interesados en que las producciones audiovisuales alcancen la mayor difusión e ingresos posibles".

Por último, Bardem también ha recordado en la sede de la OMPI que solo un diez por ciento de los actores mundiales vive exclusivamente de su trabajo, frente a un veinte por ciento que lo ha de simultanear con otras actividades. El setenta por ciento restante corresponde a aquellos actores y actrices que solo se colocan frente a la cámara o suben a los escenarios de manera esporádica.