Vitoria. Raúl Romo es uno de los músicos más prestigiosos de la escena local gasteiztarra. Quizás el único que pueda presumir de haber tocado dos veces en Mendizorroza. A partir de mañana, Romo afronta el periodo de temporada alta concertística. Todo por la semana más jazzera del año en Gasteiz.
Creo que estoy entrevistando al hombre más hiperactivo del festival.
Bueno (risas).
De hecho, mañana se estrena con la Banda Municipal y Hot Wok en el Jardín de Falerina y a la tarde sigue en Mendizorroza con este último grupo, pero después le esperan citas también con Playa Canalla y El Quinteto de la Muerte. Por comenzar por lo de Montehermoso...
Es un proyecto que se gestó hace un año con el concierto de la Banda dirigido por Jesús Sant Andreu. Esto me dio la idea de hacer lo mismo pero con temas de Hot Wok. En septiembre contacté con la Banda, les gustó, como a los compañeros de Hot Wok, así que decidimos sacarlo adelante. Llevo haciendo los arreglos desde octubre.
¿Ha sido como un parto?
Sí (risas). La verdad es que ha sido un trabajo de chinos. Hemos cogido los temas, digamos más funkys, y suena como Hot Wok pero a lo grande. Como suelo decir a los otros miembros del grupo, vamos a tener que comprar como siete u ocho pedales más para intentar sonar igual (risas).
Creo, además, que usted dirigirá el espectáculo.
Sí, yo dirijo, Jonko Sánchez está en el helicón, Perico Raéz a la batería y Gonzalo Fernández de Larrinoa con el trombón.
Un concierto que tendrá su réplica en Mendizorroza, donde actúa sólo con Hot Wok.
El que tenga la oportunidad, la paciencia y las ganas de ver ambos conciertos se va a sorprender porque va a ver dos versiones totalmente diferentes de lo mismo. En Montehermoso será algo más funky, temas arreglados y tocados por la Banda; mientras que en Mendizorroza daremos nuestra versión más Nueva Orleáns, pero sin faltar a nuestros principios.
Creo que no es su primera vez en Mendizorroza.
Tocamos con Ortophonk junto a US3. Pero me sigue haciendo mucha ilusión, sobre todo que nos llame el festival para tocar allí, sobre todo por la repercusión que va a tener. Esto hace, por ejemplo, que nos hallan llamado para tocar en un certamen de Huelva. La gente se hace eco de estas cosas.
Además, intuyo que Mendizorroza impone.
Claro, pero te diré que da más miedo un escenario pequeño que uno grande. Al final Mendizorroza es un icono. Allí has visto a gente como Miles Davis, a todos los grandes.
Tras esta doble inauguración toca usted con Playa Canalla en el Minijazz, en la plaza de la Virgen Blanca, entre el Dublin y el propio Virgen Blanca.
Es especial porque ves a un compañero del colegio, a un pariente... que de otra manera no te hubiera visto. Además tenemos una gran amistad con el organizador de estos conciertos. Creo que cerramos este bolo en septiembre, para que te hagas una idea del buen rollo que hay.
Una actuación basada en la improvisación por completo.
Así es. Es todo improvisado, viene una cantante con nosotros, Sara Jauregi, y hasta ella improvisa y le queda muy bien.
Creo que son nada más y nada menos que diez músicos.
Esta vez seremos doce. Entre ellos Koldo Uriarte, un pianista de aquí que está tocando con Ana Torroja. Los doce improvisamos y pedimos al público que se moje. La última ocasión nos pidieron un vals y quedo genial.
¿Habrá feed-back con el público entonces?
Por supuesto, solemos pedir que elijan quien quieren que empiece, que diga la velocidad, etcétera... También para demostrar que no está peparado. Hay gente que no se lo cree hasta que lo ve.
Mendizorroza, Falerina -dos de los núcleos del festival-, centro y periferia, porque tocan con El Quinteto de la Muerte en el Sybaris, en el barrio de Zabalgana.
La primera vez que toqué en Zabalgana fue no hace mucho con El Quinteto de la Muerte. Se están haciendo muchas cosas en los barrios porque muchas veces la gente se mueve por aquí y no va al centro. Creo que ha sido cuando más discos hemos vendido. Fue curioso porque el sonido era normalito, tocábamos casi como si fuera música de ambiente pero la gente acabó sudada, pidiendo otra... También creo que hay no-habituales de conciertos que les sorprende para bien.
Hay que reclutar nuevos públicos.
Sí. Mucha gente nos decía: "¡Ah! ¿Esto es jazz? Pues me gusta". Es que la palabra jazz es un concepto más amplio de lo que algunos creen.
Por último, ¿qué verá Raúl Romo en este XXXV Festival de Jazz de Vitoria?
Me gustaría ver a Trombone Shorty pero no puedo porque toco esa noche. Al que veré seguro es a Rubén Blades.