Como Hitchcock con la mansión de Rebeca o Woody Allen con Nueva York en la mitad de su filmografía, Patxi Basabe se ha lanzado a las tablas por primera vez en su carrera amparado en la magnífica localización en que se constituye las covachas que Justo Antonio de Olaguíbel diseñara dentro del proyecto de los Arquillos que salvaría el desnivel entre la parte vieja gasteiztarra y el Ensanche.

Inmejorable contexto para la realización de Olaguíbel 1808, pieza teatral que se estrena mañana en el restaurante Zabala y que, dentro del formato de las cada día más en boga cenas teatralizadas, ocuparán el establecimiento de Mateo Moraza en julio y septiembre. En concreto, la serie de actuaciones que arranca en la noche del jueves se extenderá a lo largo del presente mes en los prolegómenos del fin de semana (14, 21 y 28 de julio). Fórmula que se repetirá pasado el caluroso agosto también sobre la víspera del descanso semanal (8, 15, 22 y 29 de septiembre).

El espectáculo complementará un menú de lujo que arrancará con un aperitivo compuesto por tres entrantes (tempura de verduras, puerros y patata; secreto ibérico con crema de hongos y chips y croquetas Zabala) los cuales serán servidos mientras uno de los integrantes del plantel interpretativo recibe a los comensales. Una vez que estos se acomoden en la covacha -tiene capacidad para 24 comensales-, arrancará la propia obra mientras los clientes degustan jamón ibérico al corte y foie con pan pasas. Tras un rape en su jugo y un solomillo a la brasa, el postre, torrija caramelizada, pondrá el colofón a la velada. Además, café y vino de crianza -éste de marca 1808, por pura casualidad- entran en esta sugerente propuesta gastro-cultural al precio de sesenta euros.

Y si el menú es sugerente, el elenco de la pieza dirigida por Patxi Basabe se encuentra, por lo menos, a la altura de la obra. Con imágenes grabadas que se proyectarán durante el transcurso del bolo, Karra Elejalde (Marqués de Montehermoso), Gorka Aginagalde (Lorenzo de Prestamero) y Unax Ugalde (Marqués de la Alameda) interactuarán con los intérpretes de carne y hueso para relatar la transformación de la ciudad mediante la génesis de la creación de la que ha sido, probablemente, la obra arquitectónica más relevante en el devenir de Gasteiz.

Historia, gastronomía y teatro fundidas con celo en este atractivo proyecto con sello de Gasteiz y, por supuesto, de la 'almendra' medieval.