Madrid. Mientras el director general de la filial digital de SGAE (sDae), José Neri, prestaba declaración en la Audiencia Nacional como responsable de la trama societaria que ha salpicado a la sociedad de gestión, ésta mantuvo ayer su actividad ordinaria y su presidente, Teddy Bautista, volvió al despacho.

En la primera jornada laboral tras las detenciones y los registros realizados el pasado viernes en la SGAE, el presidente del Consejo de Dirección de la entidad, Teddy Bautista, puesto en libertad sin fianza y con cargos de apropiación indebida y administración fraudulenta, acudió a primera hora de la mañana de ayer a su despacho en el palacio de Longoria, en el centro de Madrid. "La SGAE sigue funcionando normal, sigue recaudando, sigue repartiendo entre sus socios y hoy (por ayer) ha empezado una jornada laboral normal. Todo el mundo está en su puesto de trabajo, incluido el presidente de Consejo de Dirección", explicaba ayer Caco Senante, cantante canario y miembro de la recién elegida Junta Directiva de la entidad.

Pero mientras Senante realizaba estas declaraciones dentro del edificio de SGAE en Madrid, Bautista abandonaba la sede en coche por la puerta de atrás. Y esa normalidad era oficialmente rota al convocar una comparecencia ante los medios de la Junta Directiva para hoy.

Sabino Méndez, miembro de la cúpula directiva elegida el pasado 30 de junio -y que, en principio, se constituirá el 12 de julio-, defendía la presunción de inocencia de los nueve imputados. "Todos, incluso la ministra (de Cultura, Ángeles González-Sinde), están funcionando con meras opiniones, y hemos de esperar hechos. Mientras tanto, todo lo demás es mero populismo", explicó a Efe. González-Sinde recibió también críticas por parte de otros socios de SGAE contrarios a la política de Bautista y, así, el músico Luis Cobo Manglis presentó un escrito que instaba a la ministra a intervenir "inmediatamente" en una trama que él ya había denunciado en 2007 sin ser escuchado. González-Sinde, que fue acusada desde el PP por mantener silencio durante el fin de semana, finalmente ha pedido comparecer en el Congreso para "explicar la política de su departamento y, en concreto, de las sociedades de gestión".

El pasado viernes, el Ministerio se declaró no competente para controlar y fiscalizar las actividades de entidades de gestión, ya que esta labor corresponde a las comunidades autónomas, según una sentencia del Tribunal Constitucional de 1997. Pero el portavoz de Cultura del Grupo Parlamentario Popular, José María Lasalle, señalaba a González-Sinde como "principal responsable del control de la SGAE dentro del Ejecutivo", explicaba el GPP en una nota.

Todo ello sucedía mientras se esperaba la resolución de lo verdaderamente importante, que es el auto del juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional tras las declaraciones de los últimos cuatro imputados del caso. Las más esperadas eran las de José Luis Rodríguez Neri, considerado el cerebro de la operación de desvío de fondos a través de la sDae, quien declaró durante 4 horas y media. Le siguen su esposa, María Antonia García Pombo; su cuñada, Eva García Pombo, y Rafael Ramos, todos vinculados a la empresa Microgénesis, empresa que anteriormente Neri dirigía y que, según la denuncia interpuesta por la Fiscalía Anticorrupción, ocupa un papel central en los hechos investigados.

Y a la espera del auto del juez de la Audiencia, a última hora de la tarde de ayer volvió el bullicio al palacio de Longoria, frente al cual se concentró una veintena de indignados para pedir una entidad de gestión de derechos de autor "menos mercantilista" y de gestión pública.

La concentración, convocada por la Comisión de Música de la Acampada de Sol, denominada Sol Sostenido, lanzó un "grito de auxilio a la sociedad" para pedir una entidad de gestión de derechos de autor que "sea de verdad para los autores". "Una sociedad que proteja la música, que ayude a los músicos y que se separe totalmente de los productores y editores", añadieron los indignados, quienes reclamaron una "cambio de mentalidad urgente" para llegar a crear una sociedad de autores "menos mercantilista". Asimismo, la asociación propone una "sociedad de gestión pública", ya que la "música se muere" y por ello hay que parar la "especulación".