París. Gimnasio o dieta a base de yogur... ¿Cómo se consigue la figura perfecta para lucir un bikini? Cuando el verano se acerca y suben las temperaturas, florecen los consejos nutricionales, los cursos de fitness y las dietas. Aunque lucir este pequeño trozo de tela requiere algunos sacrificios, el amor al bikini sigue vigente. Hoy mismo cumple 65 años y, a pesar de su edad, sigue siendo el modelo preferido de traje de baño. En la actualidad incluso existe en versión computarizada. Monokini (una braguita alta y dos tirantes cruzados en el pecho), trikini (ha evolucionado con la forma de un bikini unido por otra pieza en la zona frontal), tankini (una braguita y una parte superior más grande que cubre una parte de la tripa), mixkini (permite comprar las braguitas y el sujetador por separado): el dos piezas existe en todas las formas, colores y variantes. Este año se puede adquirir incluso hecho a medida en un ordenador. En vez de tener que ponérselo en el incómodo probador, las clientas pasan ahora por un escáner. Con esas medidas, la computadora calcula el corte ideal. El resultado: un bikini conformado por miles de pequeños trozos de nylon que se adecúan perfectamente al cuerpo. El dos piezas ya era usado por bellezas romanas. Sin embargo, se estableció como su verdadero nacimiento el 5 de julio de 1946 en la piscina Molitor de París, cuando el diseñador Louis Réard subió a la pasarela a la modelo Micheline Bernadini con no más de cuatro triángulos sobre el cuerpo, dos abajo, dos arriba.

La pequeña prenda cayó como una bomba en el atolón Bikini. De hecho, su nombre se debe justamente a las pruebas con bombas atómicas realizadas pocos días antes por los estadounidenses en las islas del Pacífico. "Los retazos de tela con cordones" provocaron una indignación similar a las pruebas con bombas atómicas. El bikini fue considerado escandaloso durante mucho tiempo y fue prohibido en varios balnearios. Marilyn Monroe causó revuelo en bikini en 1953 al igual que Brigitte Bardot, que el mismo año hizo furor en Cannes con un bikini rosa cuadriculado. Considerado amoral y contrario a los dictados de la mo da, que prescribían un traje de baño de una sola pieza, el bikini fue desterrado algún tiempo. Pero no para siempre: la revolución sexual de los 60 revivió al bikini. Se volvió popular cuando Ursula Andress lo lució en la primera película de James Bond, Dr. No, y Paco Rabanne lo hizo "apto para salón" cuando diseñó sus modelos en plástico. Así y todo, en 1968, en alguna que otra piscina se leía: "Prohibido usar los llamados bikinis". Hoy en día, con más tela o con menos, el dos piezas es uno de los protagonistas del verano.