La denuncia presentada ante la Fiscalía Anticorrpción en noviembre de 2007 y que ha dado lugar a la operación SAGA, acusaba a los directivos de la SGAE de enriquecimiento injusto y de supuesta perpetración de los delitos de apropiación indebida, estafa y fraude de subvenciones.

El escrito fue presentado por Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, y Miguel Pérez Subías, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet, y recordaba que la SGAE ocupaba el séptimo lugar entre las sociedades con mayores ingresos sociales del mundo y la cuarta en menores costes de gestión.

El Grupo SGAE está constituido, según la denuncia, por Iberautor, Cedoa, La Editorial Autor, el Sello Autor, ICCMU, CIMEC, Mutualidad de Previsión Social de Autores y Editores y el Instituto de Derecho de Autor.

Además, todas las iniciativas y los proyectos de investigación, desarrollo e innovación son llevados a cabo por la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE).

Junto a estas, según el escrito, existen compañías que no cuelgan de la gestora pero comparten directivos, domicilio social e incluso el teléfono de contacto. La principal de ellas es Microgénesis.

Entre los negocios de esta última está la gestión de varios portales de venta de música así como el sistema Teseo o La Central Digital.

El hecho de que Microgénesis, Coqnet, La Central Digital y Portal Latino, entre otras, hayan compartido sede durante años pone de manifiesto, según la denuncia, "la relación directa entre socios de la SGAE y negocios de clara naturaleza lucrativa".

Agrega que teniendo en cuenta que Microgénesis es una empresa de carácter lucrativo ajena en apariencia a la SGAE "resulta extraño" que José Luis Rodríguez Neri sea director de Gestión de la Información de la SGAE y también Director General de la SDAE.

Asimismo señala que la SDAE es una sociedad dependiente y controlada al cien por cien por la SGAE y que debe el 99 por ciento de su facturación a esta sociedad, y destaca que Microgénesis ha estado dirigida también por José Luis Nerí y coinciden además entre sus directivos otros de la SDAE como Rafael Ramos o Eva García Pombo.

Un caso similar, según la denuncia, se produce en la empresa Coqnet, cuyas cuentas, al igual que las de Microgénesis, evidencian la existencia de un entramado societario, no solo de ambas empresas, y lo hace "con fines claramente lucrativos en el sentido de que sus socios obtienen una serie de beneficios económicos y comerciales como directivos de aquellas empresas".

Considera la denuncia que no solo se hace un reparto ilegal de beneficios sino que, además, "esta asociación realiza una recaudación fraudulenta, extralimitándose en las competencias que legalmente se le han atribuido".

Por todo ello, se presenta "como algo más que una posibilidad" el enriquecimiento injusto de directivos de la SGAE, la supuesta perpetración de los delitos de apropiación indebida, de estafa e incluso de fraude de subvenciones.

La denuncia destaca que todo lo descrito en la misma "se ha venido produciendo en los últimos años con una aparente indulgencia del Ministerio de Cultura".