Sí, hay muñecos pero esto no es para niños. No, no es un montaje de títeres, es un musical. Hay monstruos, vale, pero no comen galletas de forma indiscriminada, sino que están obsesionados con el porno en Internet. Y así se podrían seguir enumerando diferencias entre Avenue Q y otras propuestas escénicas o referentes televisivos. La versión patria del conocido montaje norteamericano (que allí donde ha sido representado atesora premios y millones de espectadores) llegará a Gasteiz para abrir el Principal a las fiestas de La Blanca.
Jóvenes en paro buscando una meta en la vida, desposeídos, mujeres de vida alegre, niños prodigio que se quedaron en la nada... la lista de personajes de los bajos fondos que se reúnen en este montaje es larga y aunque pueda parecer, ante tal panorama, que es imposible hacer humor, el musical lo consigue gracias tanto a la creación de Jeff Marx y Robert López (los padres de la criatura) como por la dirección, en la versión estatal, de Yllana, que siempre da su sello particular a todo lo que toca. "No, no es para niños", repiten una y mil veces actores y productores para que nadie se confunda. "Hay hasta desnudos integrales de muñecos incluidos, así que...", dicen con una sonrisa en la boca.
Tras varios meses en Madrid, el montaje sale ahora de gira y aunque hasta su estancia en Vitoria falta un mes, es momento de hacer promoción, que la venta de entradas ya está en marcha, y de ahí esta pequeña escapada a la capital alavesa que tuvo lugar ayer. Recordar, por tanto, que Avenue Q se podrá ver en el Principal el 3 (20.30 horas), el 4 (23.00 horas) y el 5 (19.30 y 23.00 horas) con las butacas disponibles por 35, 30 y 25 euros.
La obra llegará al principio de las fiestas con el mismo elenco que ha estado trabajando en Madrid, algo que sí que es del todo inusual con respecto a otros musicales. Actores y cantantes que, en esta ocasión, han tenido que aprender a ser también manipuladores de muñecos, y se utilizan 42 a lo largo de todo el espectáculo. "Ha sido un reto, pero muy gratificante", dicen los intérpretes.