madrid. La escultura en bronce Carmen dormida y el prototipo a tamaño real de La mujer de Coslada anuncian una de las exposiciones más importantes y esperadas en la que Antonio López ofrece al público lo que es y lo que ha sido su trayectoria "sin trampa ni cartón". Los Reyes y la ministra de Cultura inaugurarán el lunes esta muestra que permanecerá abierta hasta el 25 de septiembre.
Pocas veces el auditorio del Museo Thyssen-Bornemisza estuvo más lleno. Con su camisa a rayas, rodeado de fotógrafos y cámaras de televisión, el artista manchego inició ayer la presentación afirmando: "Con sencillez he de decir que después de la muestra de 1993, en lo último que pensaba era en volver a aparecer en una exposición que no fuera comercial". López reconoció su pereza para organizar una exposición, en la que se van muchas energías y recordó que cuando le concedieron el Premio Velázquez, que conlleva una exhibición en el Reina Sofía, "no había nada madurado para mostrar en un lugar que inspira tanto respeto. Me parecía muy mal hacer una exposición con lo que fuera y a destiempo". Para él, la muestra del Thyssen, en la que lamenta no haber podido contar con la escultura de los reyes que se encuentra en Valladolid, "es como ver a una persona de cuerpo entero. No hay trampa ni cartón. Aquí estoy yo desde los 13 años hasta las obras que todavía están en proceso".
Contento en su reencuentro con el público, Antonio López espera que los visitantes vean la obra "de un pintor que hace escultura y que ama apasionadamente el dibujo. Aquí está todo lo mejor y todo lo peor de mi vida y de mi sociedad", afirmó el artista, para quien "ningún pintor que vive debería exponer en el Museo del Prado". Pocas veces también Guillermo Solana, director artístico del museo y comisario de la muestra junto a María López, hija del artista, ha sentido "una satisfacción tan grande como la que siento al presentar esta exposición". En este sentimiento ha sido importante "el prolongado y laborioso cortejo" para lograr que después de 18 años sin exponer, el maestro de la figuración accediera a este "anhelado encuentro del artista con su público". Solana recordó que Antonio López solo quería presentarse cuando tuviera una cantidad de obra nueva suficiente y a la altura del público "y eso es lo que ha hecho que tardara tanto en exponer". Entre el listado de obras hay muchas inéditas, como el Hombre tumbado que acaba de salir de la fundición, o las Gran Vías en proceso. Además, hay obras de colecciones privadas que no se han visto o que hace tiempo que no se exhiben.
A través de las 130 obras que forman la exposición, los visitantes podrán contemplar "una amplia producción de sus últimos veinte años, época en la que ha creado algunas de sus mejores obras maestras", según Solana. Las creaciones más recientes, con saltos atrás que permiten descubrir al público los orígenes de estas obras, forman un paseo por los tres grandes núcleos de su producción: la ciudad de Madrid, los árboles y la figura humana que Antonio López plasma respectivamente en la pintura, el dibujo y la escultura.