Vitoria. Las invitaciones ya han llegado a todo el mundo, aunque seguro que a la fiesta se suman algunos más de última hora. La tarta espera a que los comensales no dejen ni una miga. El Azkena Rock Festival, con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA como medio oficial, celebra sus diez ediciones y lo hace por todo lo alto. A lo largo y ancho de todo el Estado se han celebrado en los últimos tres meses aperitivos en forma de conciertos organizados por los fieles que, desde lejos, tienen su mirada puesta en Gasteiz cada vez que piensan en el género que les vuelve locos. Y la ciudad también ha calentado motores con las actuaciones de los alumnos del Conservatorio Jesús Guridi este pasado martes y el espectacular paso de Mike Farris ayer por la Catedral Santa María, así como con la inauguración, en exclusiva mundial, en la Sala Fundación Caja Vital de la exposición que sobre Motörhead ha realizado Pep Bonet. Pero ha llegado el momento de abrir los regalos y dejarse llevar por la ilusión. Porque, desde hoy, todos los oídos sólo tienen una capital: Vitoria.
En la memoria de aquellos que han vivido esta aventura desde el principio está el 12 de septiembre de 2002. Aquel día, en una sala de conciertos de la calle Coronación llamada Azkena (hoy Jimmy Jazz) se ponía en marcha un certamen humilde pero con intenciones y propósitos de ir creciendo si es que encontraba público con el que compartir intereses y deseos. Lo encontró, claro que sí. Lo hizo en una primera edición de la que a buen seguro muchos de los que estuvieron recordarán el intenso calor que asistentes y músicos sufrieron por momentos.
Desde entonces han sucedido muchas cosas: ha habido tormentas a punto de cargarse el arranque de un año; actuaciones en primicia que, en algunos casos por desgracia, ya no se podrán repetir; músicos desnudos sobre el escenario o con ganas de destrozar sus instrumentos; fuegos artificiales; rumores sobre desapariciones o cambios de ubicación fuera de Álava; caídas y confirmaciones del cartel;... bueno, la lista sería interminable. Pero, ante todo, lo que este macroencuentro ha producido a raudales son vivencias únicas en un ambiente familiar y cercano por mucho que, como hace 12 meses, más de 44.000 personas acudiesen a la llamada del festival. Y es que el Azkena Rock, por encima de la música (incluso como negocio), es vida, emoción, juerga, encuentro, disfrute.
De su relevancia habla un hecho muy claro: no es éste uno de los certámenes con mayor presupuesto de los que, por ejemplo, existe en el Estado (ni de lejos) y, sin embargo, ¿cuántos pueden presumir de lo lejos que ha llegado su marca? ¿cuántos pueden decir que artistas como Black Crowes, Eli Paperboy Reed, Blind Melon o Toilet Boys hayan hablado maravillas en sus páginas oficiales del evento y la ciudad? ¿cuántos ven como sus seguidores realizan fiestas de aniversario sin pedir nada a cambio? ¿cuántos cuentan con una vida paralela en la red a través de un foro con miles de entradas? ¿cuántos han encontrado una comunión tan perfecta con sus asistentes y su ciudad hasta el punto de que sin saber ni un nombre del cartel ya se venden entradas y se reservan plazas hoteleras?
Por eso y por muchas más cosas, la cita organizada por la promotora vasca Last Tour International es especial. Con ese bagaje pero también con el convencimiento de que lo mejor está por venir en el futuro, el ARF vive hoy, mañana y el sábado una décima edición cargada de alicientes (muchos de ellos en forma de actuación exclusiva en el Estado) que, en realidad, tendrá el domingo al mediodía un último presente. Todo está preparado ya. Sólo falta una cosa, que la climatología se comporte, aunque los azkeneros vitorianos saben que siempre hay que tener a mano algo de ropa de abrigo y un chubasquero por si las moscas, una ley que a fuerza de pasar los años también han aprendido los que vienen de fuera, algunos de muy lejos.
Primera jornada
Esperando una multitud
Más allá de los actos paralelos que han sucedido, la décima edición del Azkena Rock comienza hoy. A las 17.00 horas está previsto que abran las puertas de un recinto de Mendizabala que va a presentar unas cuantas novedades con respecto a otros años. La primera, que se va a instalar un tercer escenario, aunque en él no se producirán actuaciones hasta mañana y el sábado. La segunda, el Casino Flamingo, una idea acorde con el estilo Las Vegas que viste este 2011. La tercera, y relacionado con lo anterior, una capilla para poder oficiar bodas con vestidos de Elvis. La cuarta... bueno, mejor será que los asistentes vayan descubriendo cada cosa en su momento. Ozzy Osbourne reina en el cartel del día inaugural y tanto su presencia como la de artistas de la talla de Rob Zombie o The Cult van a hacer que este jueves supere todos los récords de asistencia. Todavía no se ha iniciado el certamen y ya se sabe que la venta de abonos pero, sobre todo, la de entradas específicas para este día se encuentra muy por encima de lo previsto.
Los navarros Bizardunak serán los encargados de poner los sonidos iniciales. Hoy todos los conciertos se producirán en el escenario grande (salvo que la lluvia indique lo contrario) y los abanderados del llamado folk radikal vasco comenzarán poniendo el listón muy alto. El relevo lo tomará otra de las bandas llamadas a sorprender este 2011. Puede que Eels (es decir, Mark Oliver Everett y compañía) genere opiniones de lo más encontradas pero es indudable su dominio de los diversos apellidos del género, a los que siempre da un toque muy personal.
A partir de ahí, que todo el mundo se prepare porque encontrar un hueco para el descanso va a ser imposible. Empezarán repartiendo lecciones Black Country Communion, un super grupo en el que la mera presencia de Joe Bonamassa es garantía de éxito, aunque olvidarse de Glenn Hughes, Jason Bonham y Derek Sherinian sería pecado. Sin tiempo para el respiro, The Cult acudirá por fin a un festival que, en opinión de muchos, nació para tenerles en sus filas. Y cuando la noche empiece a adueñarse de todo, Rob Zombie dejará a Mendizabala de vuelta y media, lo justo para que el gran Ozzy salga al escenario para dar sus típicos saltitos y desgranar su gran carrera. Ya en la madrugada, Kyuss Lives! pondrá el broche de oro a la jornada inaugural.
Mañana
¿Cómo elegir entre tanto y tan bueno?
Sin tiempo para el respiro, el ARF entrará en su segunda jornada inaugurando Artium como nuevo escenario para acoger un debate sobre su filosofía, aperitivo que se completará en la Virgen Blanca con Elvis, bueno, con Rob Kingsley recordándole. De ahí, vuelta a Mendizabala, donde desde las 17.00 horas la música no parará. Los vizcaínos The Riff Truckers golpearán primero en una tarde que seguirá con los canadienses Blue Rodeo demostrando que al norte del norte las cosas se hacen igual de bien. Llegará entonces otro de los pedidos una y mil veces para el festival, un Reverend Horton Heat que siempre es inconmensurable. Con la mirada puesta de nuevo en Euskadi, Atom Rhumba serán el perfecto anticipo para ver en Gasteiz a una banda cuya historia habla por sí sola, Cheap Trick.
Con la llegada de la luna aparecerán en Mendizabala unos a los que se les esperaba hace un par de años pero no aparecieron, Bad Brains. Justo cuando muchos se quiten aquella espina se abrirá también el tercer escenario, por el que pasarán Dirty York, Rival Sons y This Drama.
La traca final la pondrán los inclasificables Primus (seguro que levantan tantas pasiones como rechazos y ahí está su mejor baza), los solicitados Queens of the Stone Age (cuyo concierto en 2005 fue elegido por 13.000 votos como el mejor de las nueve ediciones anteriores del certamen) y unos Clutch que nadie debería perderse. Pura dinamita.
Sábado (y también domingo)
Despedida con nombres propios
Con las fuerzas ya en el límite se llegará a un sábado que repetirá paso por Artium (para hablar de la reunificación de bandas) y la Virgen Blanca (atención a James Hunter, ese blanco con voz de negro) para llegar al recinto otra vez a las 17.00 horas. En ese momento, los vascos Juke Box Racket encenderán la mecha que mantendrán viva New Bomb Turks, The Avett Brothers y Band of Horses, entre los que dejarán a más de uno sin argumentos para aburrirse.
Pero este último día va a estar marcado por los nombres propios. Ahí estará Gregg Allman, toda una leyenda que en sus 40 años de carrera no había pisado el Estado y lo va a hacer en Vitoria y en fecha exclusiva. O Brian Setzer, el líder de los Stray Cats sentando cátedra. Y Paul Weller, con todo los mod detrás. El que no estará será Danzig, sustituido por Thin Lizzy. Claro, y todo ello, con el tercer escenario vibrando por la noche con The Knockouts, The Whybirds y Arizona Baby. ¿Se puede pedir más? Parece imposible.
Eso sí, ahí no quedará la cosa, porque Gregg Allman ofrecerá un último regalo en formato acústico el domingo a las 13.30 horas en la Virgen Blanca, un lujo para un Azkena Rock que en ese mismo momento empezará a mirar ya a 2012. Que no pare.