Bilbao. El trikitilari Kepa Junkera presentó ayer su nuevo trabajo Ultramarinos y coloniales, un disco "con mucha vida" en el que el músico vasco rinde homenaje a los tenderos de los tradicionales comercios de barrio. El álbum incluye doce temas instrumentales en los que, a diferencia de los últimos trabajos de Junkera, no hay colaboraciones de artistas invitados, por lo que el CD tiene su "sello", aunque con "propuestas nuevas", según explicó el compositor.
"He pretendido que sea un disco alegre, con mucha vida, en el que los temas crecen mucho y son muy emocionantes, muy libres. He pretendido también que sea algo muy abierto. Por eso, lo mejor es escucharlo y que cada uno sienta lo que le sugieran estas canciones", resumió.
Los sonidos de la txalaparta, la alboka y la trikitixa se mezclan en Ultramarinos y coloniales con instrumentos "más estándar" como la batería, el bajo y, especialmente, el piano, cuya presencia es más importante que en trabajos anteriores dando al conjunto una "base armónica". "Son temas sencillos con algunas melodías un poco diferentes", dijo el trikitilari.
Para elegir la temática de su nuevo trabajo, Junkera ha tomado como referencia "el trato y la relación casi familiar" que se producen en los tradicionales comercios de ultramarinos, tiendas que "son muy especiales y tienen una personalidad increíble". De hecho, la presentación del disco tuvo lugar en el exterior de una pequeña charcutería del Casco Viejo de Bilbao.
Junkera valoró el componente "artesanal" de las pequeñas tiendas de ultramarinos y expresó su deseo de que su música "refleje", como hacen los pequeños comerciantes, que se trata de algo "que se hace con mucho cariño".
Tomando como punto de partida las tiendas de barrio que adoptaron su nombre de los productos provenientes de ultramar, el trikitilari ha incluido en el disco referencias a lugares del otro lado del océano, cuyos nombres ha fundido con topónimos vascos, dando lugar a lo que ha llamado "neotérminos". Con todo ello, Junkera persigue "dar sensación de viaje" y conseguir que su disco sea, como lo han sido los tenderos durante años, un punto de encuentro entre distintos ritmos.