madrid. Cuando aún tiene a cientos de lectores devanándose los sesos para desentrañar el críptico misterio de su primer libro, Sé lo que estás pensando, hoy se publica en España la siguiente obra de John Verdon, No abras los ojos, otra vuelta de tuerca a la trama criminal con un argumento retorcido y de infarto.

El protagonista revela más de sí mismo, perseguido por una ansiedad que el propio Verdon ha vertido sobre su personaje como reflejo de la que él mismo ha sentido al escribir esta novela, explicó a Efe. "El primero fue un proceso relajado, tardé dos años y medio, pero ahora había una fecha límite, había expectativas y encima me han pagado por adelantado".

No abras los ojos (Roca Editorial) gira en torno al sexo, desde el deseo sexual oculto hasta llegar a la depravación absoluta. Verdon, sin embargo, explica que se trata de un tema "de fondo" que le permite alcanzar su objetivo, el de buscar situaciones perturbadoras que provoquen "una reacción patológica descomunal". "El trasfondo sexual para mí es secundario, una herramienta que me ayuda a explicar por qué alguien haría algo espantoso. No escribo tanto sobre el tema, sino sobre los efectos psicológicos que produce a posteriori". Subrayó también su especial empeño en no parecer sensacionalista.

"Creo que el éxito de los thriller radica en el proceso que va de la pesadilla al entendimiento. Aunque el hecho horrible siga ahí, al menos hay claridad. Y eso siempre hará interesante este tipo de historias", señaló. La piedra maestra de sus argumentos es una pregunta: ¿Qué es lo que hace que asumamos unos hechos como ciertos? La atracción por el chismorreo, la necesidad de comprender algo a cualquier precio...

Sea por la abundancia de personajes perturbados, las novias decapitadas, o las mansiones llenas de habitaciones con reminiscencias oníricas, la atmósfera de la novela remite a una versión oscura de Alicia en el País de las Maravillas. Verdon aseguró que no ha sido intencionado. "Pero es cierto, los dos libros giran en torno al concepto de pesadilla y del hecho de que a veces vemos cosas que se vuelven atemorizantes porque no entendemos a qué nos enfrentamos. Cuando empezamos a plantearnos si algo es real, puede ser terrorífico".

Lo que sí es real es la fisura que se produce en el matrimonio de Gurney con la equilibrada Madeleine, que sigue siendo el personaje preferido del autor. Las cuitas de la pareja son uno de sus ganchos, que retrata con maestría la relación entre dos seres opuestos.