Düsseldorf. "Estaba deseando hacer esta gira", asegura Capuçon, que ha deslumbrado en Alemania. Por ello, tiene la agenda llena hasta 2014. Entre sus citas figura un festival de piano con Martha Argerich y los Proms de la BBC. Su talento no conoce la crisis. "La gente siempre va a necesitar música", confía.

¿A qué atribuye su éxito?

Descubrí la música clásica cuando tenía cuatro años y medio; mis padres me llevaron a un concierto y me dieron un chelo. Quizá si mis padres me hubieran dado un saxofón, habría sido músico de jazz. Nunca sabes. Puedes tener algo en tu interior, pero un artista se construye en el tiempo. Martha Argerich, una grandísima intérprete que conozco muy bien, una de las mejores pianistas del mundo, practica todos los días. Creo que sucede en todas las disciplinas. Necesitas trabajar, y cada paso importa.

Con un hermano violinista y una hermana pianista ¿había opción de ser, por ejemplo, ingeniero?

Es verdad que mis padres me dieron el chelo, pero yo lo amé desde el principio. Estaba fascinado por el instrumento. Y no solo por el chelo sino por la música en general. Por supuesto mis padres me llevaron a conciertos y mis hermanos tocan instrumentos, pero no soy cellista por eso. Me ayudaron, pero no fue una indicación expresa. Cada uno nos fuimos emocionado y encontramos nuestra pasión por el instrumento.

¿Les ha preguntado alguna vez por qué eligieron el chelo para usted?

Pues porque mi hermano tocaba el violín y mi hermana el piano. Tuve suerte (ríe).

¿Ambiciona actuar con grandes figuras o le interesan también instrumentistas noveles?

Con la música, compartes algo muy íntimo y muy profundo, y yo no puedo tocar con alguien que no me guste o con el que no comparta algo, una conexión. Necesitas una buena conexión para compartir cosas íntimas, lo que es secundario es la persona con quien lo compartes, si es alguien con quien lo haces por primera vez o una gran figura.

Lleva 12 años con su Matteo Goffriler, de 1701. ¿Lo siente como una prolongación de su cuerpo? ¿Planea cambiarlo algún día?

No (firme). El cello es el instrumento más sensual por su posición, tienes que abrazarlo, también por el tono. Siempre es difícil decir si forma parte de tu cuerpo, o es una suma; desde luego es una relación muy especial. Este cello es increíble, llevo doce años con él y cada día descubro colores y cosas nuevas. En una vida entera no me va a dar tiempo a conocerlo completamente.

¿Qué tal su primera experiencia con la Orquesta de Euskadi?

Con el maestro Orozco-Estrada toqué una pieza de Schumman hace año y medio en Viena. La orquesta, teniendo 30 años, sigue siendo muy joven. Como grupo, posee una estructura muy fuerte, hay gente muy joven, y eso se nota en la energía que tiene y en las ganas de los músicos. Para mí eso es muy importante, y me gusta compartirlo.

¿Qué compositor ha escrito mejor para cello, a su juicio?

No puedo contestar. Yo los necesito a todos, necesito trabajar con todos. Dvorak es el maestro en la construcción de obras para chelo. Elgar es el que habla de amor y pasión. Schumman es el romántico por excelencia. El de Shostakóvich contiene sentimientos muy fuertes. Cada obra de la historia tiene diferentes sentimientos y circunstancias: desesperación, guerra, América, nostalgia...

¿Qué destacaría del 'Concierto para violoncello y orquesta nº 1' de Shostakóvich que ha tocado con la OSE?

Hizo dos conciertos para cello, este es el primero y su orquestación es realmente increíble. Me parece determinante que Shostakovich escribiera esta obra para Rostropovich: su relación fue decisiva para construir esta obra. A través de los tres movimientos se pueden percibir infinidad de detalles. De entrada es un concierto muy cuadrado, pero pronto empiezan a aparecer muchas sensaciones: la desesperación, la tristeza y también la esperanza. El final posee un componente muy popular. Shostakovich demostró su genialidad en la escritura de este concierto.

También toca el piano y, para divertirse, suele interpretar piezas de jazz. ¿Le veremos alguna vez sobre un escenario en ese registro?

Nunca se sabe. Me gustaría estudiar, porque me encanta el jazz, pero de momento lo hago solo para mí.

¿Qué recuerda de su actuación en la Quincena Musical hace un par de años?

Fue un gran concierto. San Sebastián es increíble: la ciudad es hermosa, la comida es deliciosa. Tú miras por la mañana al despertarte, y... (suspira).

"Con la música compartes algo íntimo y profundo; yo no puedo tocar con alguien que no me guste"

"El violonchelo es el instrumento más sensual por su posición, tienes que abrazarlo, y también por el tono"