madrid. Los datos son abrumadores: 22 toneladas de cúpula, 4.200 butacas, el sonido de la Super Bowl, 130 cantantes y casi 6 horas de función, pero lo más importante del montaje de San Francisco de Asís que estrenará el Real el 6 de julio en el Madrid Arena es que es "una epifanía" de música y espiritualidad.
El intendente del Teatro, Gerard Mortier, el director general, Miguel Muñiz, y el director técnico, Massimo Teoldi, presentaron ayer en el recinto de la Casa de Campo la producción, que sólo se ha visto con esta catedralicia escenografía, "un túnel de luz que absorberá al público", en 2007, en el Ruhr. Sus autores son el matrimonio de artistas plásticos rusos Emilia e Ilya Kabakov, que una vez que construyeron para el Ruhr la cúpula de 13 m de diámetro y 14 m de altura, que cambia de luz y color gracias a sus 1.400 fluorescentes, la compraron y ahora la han cedido al Real. En torno a ella se distribuyen los 9 solistas, encabezados por el español Alexander Marco-Burhmester, los 120 miembros del coro y los 132 músicos, 114 de ellos de la Sinfónica de la Radio Baden-Baden-Friburgo, dirigidos por uno de los mayores expertos del mundo en Messiaen, el francés Sylvain Cambreling. ¿Y tanto fasto no se contradice con el espíritu del poverello? "Yo le dije lo mismo a Messiaen (1908-1992) y me contestó que tenía razón pero que el alma de San Francisco es tan rica que debemos hacer todo para que el público la sienta. A Messiaen le gustaba la monumentalidad para transmitir el hombre colosal que fue el santo", explicó a Efe Mortier. A pesar de que sólo son 5 funciones, podrán verla tantas personas -21.500- como si fueran 10 en el Real, ya que la capacidad del Madrid Arena es doble.