vitoria. Ficción, fragmento, política, arquitectura, archivo... Son algunas de las claves que el próximo visitante de Montehermoso puede introducir en su GPS para comenzar a orientar el recorrido por el centro cultural. Ocho nuevos protagonistas del ciclo Arte e Investigación y dos más del programa Next alimentan el continente con un contenido que podrá experimentarse hasta el 18 de septiembre.
Planta baja. Conectamos el GPS. Y es que de cartografías presuntamente imaginarias va Unknown Unknown, el octavo expositivo que ocupa el trabajo de la polaca Agnieszka Kurant, cuyo interés ha viajado hacia "cómo mitos, leyendas y aspectos de la ficción afectan a los valores económicos". El valor de lo más ficticio e inmaterial.
Por eso construye en Phantom Library una biblioteca con volúmenes mencionados en novelas. Por eso dibuja un archipiélago de islas imaginarias en Map of Phantom Islands. Por eso su colección de alfombras MacGuffin está creada para criaturas fantasmales. También crea una edición de 2020 del New York Times, con noticias elaboradas a partir de su trabajo con un vidente profesional.
Ese insólito fenómeno visual que Julio Verne busco en el horizonte titula también la muestra de la iruñarra June Crespo. Escanear, samplear, fracturar, perforar, soldar, ensamblar... Han sido las labores creativas de El rayo verde, un borrado estructural de las características de diversos objetos que cuenta con su posterior germinado de híbridos fragmentarios, jugando siempre en los márgenes de la escultura, la pintura, el vídeo y la fotografía.
Las formas de representación en el espacio público son el territorio del escalpelo del donostiarra Oier Etxeberria, que estudia en Lalana el rechazo o el entusiasmo a través de fotografía, música, vídeo e incluso literatura, con Gasteiz como epicentro y la novela Garoa de Txomin Aguirre como operístico eco histórico. Investigación tornada en muestra, en una "arqueología del clamor" que declama "cómo la introducción de las masas viene acompañada de la introducción del ruido", explica el propio artista. El visitante abandona la planta baja con un regusto a Gasteiz, ya que la Fundación Sancho el Sabio ha sido recurso documental de Etxeberria.
Reconexión del GPS. Antiguo Depósito de Aguas. Queda por ver el trabajo de cinco de estos ocho artistas que durante un año han gestado sus propuestas, producidas por Montehermoso. La explosión estética surge nada más conquistar el espacio, con el trabajo This is love, this is love?, this is love!, de la zarauztarra Ainize Sarasola, que toma cada una de sus piezas como una auténtica construcción, ya sea desde el dibujo arquitectónico o desde el cuasitridimensional collage.
Retomando los ecos de uno de sus compañeros, el artista mexicano Eric Beltrán se sumerge de lleno en el concepto de archivo y plantea un ensayo visual acerca de los vínculos, resonancias e influencias que rezuma una catalogación. Beltrán desensambla -a su manera- la maquinaria y se pregunta por relaciones, narraciones, efectos históricos, lecturas, validez de las descripciones. Se pregunta sobre casi todo en un ensayo visual que, si "el archivo es la representación de la historia que asignamos a la materia", trata de ver sus razones, orígenes y dinámicas. Formas de leer.
El archivo casi como una arquitectura conceptual, conectando irremisiblemente con su recodo vecino, el que ocupa, el que habita Marina Naprushkina. Lo hace con su General Plan, que es como se bautizó al proyecto de arquitectónico para la construcción de la sociedad soviética. Archivos de todo tipo -fotografías, dispositivas, vídeos con entrevistas, documentos...- testimonian y dejan hablar al propio tiempo, completados por la serie de dibujos Vanechka, que parte de las memorias manuscritas de la esposa de uno de los arquitectos. "La arquitectura es un arte que influye en la gente constantemente y de manera independiente de su voluntad", reza uno de ellos.
El GPS hace virar hacia el otro ala del depósito para participar del enigma de la artista lisboeta Filipa Raposo, que propone un territorio intermedio entre ciencia y ficción en sus Actos remotos. La cámara oscura, el espejo, la traducción, la ventriloquía, el dèjá-vú, la sombra... Son esos espacios en los que le interesa hospedarse para dejarse arrastrar por la falsedad de la certeza y la verdad de lo falso -aquí vendría bien la cita de Picasso- a través de piezas que eligen la fotografía, el vídeo o las proyecciones.
Último tramo del camino de Arte e Investigación. Lo ocupa un artista que está presente en la última Bienal de Venecia, el indio Praneet Soi, que en su espacio comulga con la mirada política de su vecina bielorrusa Naprushkina. Tras visitar Sri Nagar, la localidad de Cachemira que da título a su pieza, el creador vincula a través de dibujos, collage, textos, fotografías e incluso un gran mural la relación de la sociedad con el imaginario de los medios de comunicación, un paisaje que propone reflexión.
next Una nueva entrega de ese puente entre el aprendizaje y la profesionalización que es el ciclo Next ocupa también sus clásicos espacios en el centro cultural. Esculturas-objetos y sonidos son los encargados de despertar las lecturas del espectador en la propuesta de Oier Iruretagoiena (Orereta, 1988). Entre la arquitectura y la máscara.
Imagen 2341 (Palencia, 1986) es el seudónimo de la artista que ocupa la otra mitad de Next, una diplomada en Educación Social que toma el contexto de la Facultad de Bellas Artes de Leioa para situar "una narración que no cuenta nada, pero contiene", a través de la serigrafía, el vídeo y el objeto. Su título: Ciencia ficción abandonada.
Otra vez la ficción, que pulula por esta nueva remesa de Montehermoso. Junto al fragmento. Junto a la política. Junto a la arquitectura. Junto al archivo. Porque, a pesar de su multiplicidad de orígenes, de edades y de intereses, la corriente contemporánea también tienen su intereses -y lugares- comunes, sus tendencias, su lenguaje. Toca desconectar el GPS y hacer poso del camino. Muchos paisajes. Muchos compañeros de viaje.