Vitoria. Fiel a su cita con las más selectas baldas de kiosco y barras de bar, el TMEO se viste de corto en un número que ya huele a verano. En otra nueva entrega de humor corrosivo que alterna sus firmas clásicas con algunas nuevas. Llega el TMEO número 114.
Con el símbolo antinuclear en la portada y un gag alusivo made in Piñata ilustrándola, se inicia una entrega en la que la variedad niega cualquier eje temático, salvo quizás ese período estival que se avecina, con los Vallekurros tomando un billete a Galicia, Abarrots proponiendo otra forma de veraneo, Piñata -que suma cuatro páginas- en la playa e Igor dedicando su monográfico al cine estival.
Más allá de este supuesto hilo conductor, la actualidad vuelve a tomar muchas de las tiras con Osama Bin Laden, Fukushima, Democracia Real, los bares sin humo o el baile político y sus reminiscencias de crisis, aunque siempre hay tiempo para trabajos extemporáneos, alejados de la coyuntura, como el tórrido encuentro entre Heidi y Marco, la escatología del Maestro o las sabias tonterías del sabio Listo. El problema de la vivienda respira con Txakoli y el de sacar tres euros para el próximo TMEO se soluciona con la interactiva contraportada de un fanzine insaciable.