Vitoria. El final de curso se acerca para muchos. También para la Escuela de Artes y Oficios. Pero de aquí a finales de junio todavía van a suceder unas cuantas cosas surgidas del centro gasteiztarra. La primera se inaugura hoy mismo y se traduce en tres nuevas exposiciones, las penúltimas de la presente temporada. Hasta el próximo día 27, técnicas y mundos diferentes se darán la mano en el céntrico espacio, diferentes propuestas que, eso sí, coinciden en un mismo punto: lo "laborioso y complicado" de los procesos de creación.

Por el camino reservado a los artistas invitados va Ainhoa Ortiz, aunque en realidad ella fue alumna del centro y su muestra es un regreso a casa. Esa vuelta la protagoniza Estaciones entrehiladas, una mirada al paso de la vida, a los cambios que la naturaleza vive a lo largo de los doce meses, a ese ciclo en el que todo ser se encuentra (nacer, madurar, envejecer y morir). Este repaso al calendario se hace a través de cuatro piezas textiles que cobran un sentido y un colorido propio.

En el principio del proyecto, como relata la propia creadora, se encuentra un cuento navajo protagonizado por la "mujer cambiante". "Cuando vives en el campo notas mucho más los cambios que se producen a lo largo del año y esa ha sido mi inspiración", apunta Ortiz, que reconoce que de los bocetos originales que dibujó en cada momento al resultado final hay grandes diferencias, aunque el ojo del espectador no las pueda apreciar.

Cada pieza ha crecido en su estación correspondiente. "El trabajo ha sido muy lento y laborioso", dice. Las técnicas se han mezclado. Y el resultado ya se expone.

Junto a ella se encuentran las otras dos exposiciones de alumnos actuales de Artes y Oficios. Es el caso de Maribel Martínez Díaz de Alda, que presenta ante los espectadores Miradas urbanas, un título que habla a las claras del contenido. El paisaje de la ciudad (sobre todo de Gasteiz) y quienes la habitan pasan al primer plano para cobrar nuevos significados a través del juego con el color.

Estas serigrafías ("laboriosas pero satisfactorias") dibujan un mapa de momentos cotidianos que parten de la fotografía, primera pasión de la creadora. "No me puedo desprender de ella", asegura.

Completan el recorrido los integrantes del Grupo Entinta. Bajo Con.tórculo se esconden 29 autores con otros tantos grabados que atienden a diferentes procesos, técnicas y temáticas. "Ha sido un proceso muy laborioso", dicen ellos también.

La personalidad de cada uno de los autores participantes se suma en un conjunto con diferentes caras pero que se construye en común a lo largo de la exposición.