LONDRES. El hotel Mandarín, a un paso del palacio de Buckingham y de Clarence House, la residencia del príncipe Carlos y sus hijos, es el escenario de una cena con la que la monarca británica quiso agasajar de manera especial a los miembros de la realeza.

A la cena asistieron la reina Sofía y los príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, que llegaron este mediodía a la capital británica para acudir al enlace real.

También están presentes el príncipe de Gales, padre de Guillermo, y su esposa, la duquesa de Cornualles, que, según informó la BBC, no se quedarán hasta el final para regresar a Clarence House y cenar con el novio.

Mientras tanto, Kate Middleton pasa la noche junto a sus padres y sus hermanos en el Goring, un hotel de cinco estrellas que ha sido blindado para la ocasión y frente al que la futura princesa hizo a última hora de la tarde su última aparición antes de la boda.

Sonriente y aparentemente tranquila, Kate, que el viernes pasará a ser nombrada de manera oficial princesa Catalina, saludó a los curiosos y periodistas que se acercaron hasta el lugar.

En la salida del hotel se ha instalado un gran toldo para tratar de evitar que el vestido de Kate Middleton, el secreto mejor guardado hasta ahora de esta boda, no se vea hasta que la futura princesa llegue a la entrada de la abadía de Westminster.