Madrid. El ídolo juvenil Justin Bieber ha pasado por Madrid con doble motivo: ofrecer hoy un concierto ante sus enfervorizadas fans y presentar su documental Never Say Never, que muestra los entresijos de su precoz estrellato aunque también sus carencias: "Echo de menos quedar con mis amigos", ha reconocido. El canadiense, que a los 14 años se convirtió en un fenómeno gracias a YouTube, ahora, con 17, viaja de gira mundial con su madre y su manager, Scooter Braun, pero aún así reconoce que la fama tiene inconvenientes. "Me gusta mucho lo que hago", dijo quien presume de ser "un chico corriente", pero que se negó al tradicional posado a los fotógrafos. Foto: efe
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