Barcelona. Incapaz de lavarse los dientes delante de otra persona por una cuestión de pudor, la sexóloga Valérie Tasso no tiene, sin embargo, ningún miedo en abrir las íntimas páginas de Diario de una mujer pública, unos textos que escribió en paralelo a Diario de una ninfómana y en los que plasma sus sensaciones.
En Diario de una mujer pública (Plaza & Janés), la escritora francesa, según explica a Efe, recupera todas las experiencias que rodearon la promoción de su primer libro, en 2003, sin obviar las partes más personales, pero ahondando en las consecuencias de sus múltiples apariciones en la televisión y en la radio, unos medios que describe con toda su crudeza. "Reflexionando sobre todo aquello -prosigue- ahora me doy cuenta de que haciendo uso de mi libertad de expresión individual, lo que ocurrió es que, paradójicamente, quedé esclavizada por esa libertad". En cambio, dice que su situación es ahora totalmente diferente, con una vida estabilizada al lado de un hombre que ha pasado por momentos parecidos a los suyos y con quien ha llegado a la conclusión de que, "pase lo que pase, siempre todo va a acabar mal", por lo que ha dejado de "tener miedo".
Preguntada sobre su proceso de escritura, Tasso confiesa que desde pequeña lleva un diario en el que refleja sus sensaciones respecto a lo que le sucede; no esconde que una vez su madre quedó anonadada con lo que se encontró leyendo unas páginas que ella había escrito cuando apenas contaba 14 años y narraba sus relaciones. Añade que, a raíz de Diario de una ninfómana y del "revuelo" que provocó, se decidió a anotar todo lo que le ocurría, sin preocuparse del estilo literario, que no ha querido retocar para conservar toda la verdad del momento. La verdad, entre otras circunstancias, incluye relaciones muy especiales con un famoso presentador de televisión, con un diplomático español que residía en un país africano o con una peculiar juez madrileña.