madrid. Son ocho callejeros de entre 18 y 21 años sin otra formación que noches eternas de discoteca y muchas horas de espejo, pero son los protagonistas de Elektro Kif, el último montaje de la bailarina y coreógrafa Blanca Li, que les ha guiado además en una clase magistral que "ha flipado" a "la peña".

"Muy cansado pero flipante y muy divertido", resumían Andrea, Cristina, Noelia, Yolanda, Irene y María, las "alumnas" de Jeremy Alberge, el bailarín que Li (Granada, 1964) les había asignado para instruirlas en el Instituto Francés en alguna de las claves del Elektro, una danza urbana que, nacida en 2006 en una discoteca del extrarradio de París, se hizo muy famosa para ser luego despreciada. "La gente decía vaya horterada", explica Li. La razón es que una empresa textil, Tecktonik, se "apoderó" del nombre y lo "quemó" completamente, aunque algunos resistieron y "refundaron" el estilo. Li -el apellido es el de su marido, coreano- conoció a sus bailarines hace ocho meses cuando era jurado de un concurso de baile y "rápidamente" quiso hacer "algo", en la misma onda de otra coreografía suya, Macadam, inspirada en el hip-hop. Fueron tres meses "durísimos" ensayando ocho horas diarias, "enseñándoles veinte años de trabajo". "Un bailarín se forma desde pequeño y le enseñan a ser un soldado para una guerra, a reaccionar en un segundo y ellos no tenían ni idea de disciplina porque el Elektro es una baile individual".

La coreógrafa y bailarina "sólo" ha aportado a Elektro Kif su mirada. "Es increíble lo que hacen con el cuerpo y he querido coger esa dureza y trasladarla al teatro. Les he situado en un día en el instituto utilizando su lenguaje corporal y he coreografiado sus movimientos, sin querer llevarlos a la danza contemporánea", explica. El mundo del hip-hop, admite, les mira de forma "rara" porque no tienen nada que ver con esa otra danza urbana, aunque ambas pertenezcan al mismo género. La música y el ritmo es mucho más intenso, "más discotequera, energética y vibrante", con movimientos muy potentes y elásticos. De hecho, la pasada noche, tras la segunda de las dos funciones que han ofrecido en el Instituto Francés, "arrasaron" en una discoteca de Madrid, donde se encontraron casualmente con los bailarines del programa de televisión "Fama" y tuvieron "un desafío", relata muy divertida Li".