madrid. Considerada uno de los iconos intelectuales de Estados Unidos, Susan Sontag escribió a lo largo de su vida varios diarios que reflejaban su sed de cultura. Ahora, su hijo David Rieff, los compila y publica la primera parte bajo el título Renacida. "Mi decisión sin duda viola su intimidad", afirma ahora Rieff, al ahondar en los episodios biográficos de su progenitora. "Mi madre no fue una persona proclive a la confidencia. Evitaba hasta donde le era posible, sin negarla, toda referencia a su homosexualidad o todo reconocimiento de su propia ambición".

En estos términos se expresó en la presentación de la publicación Rieff a quien en realidad "los diarios físicos" no le pertenecen ya que su madre, "cuando aún gozaba de buena salud", había vendido sus archivos a la biblioteca de la Universidad de California. El contrato establecía que ese sería su destino cuando muriera la novelista. Por eso, y aunque este escritor y reportero de guerra no era proclive a publicarlos, se dio cuenta de que, o los seleccionaba y preparaba él, "o algún otro lo haría. Pareció preferible seguir adelante".