"Una obra literaria adaptada a telenovela de 60 capítulos sufre por fuerza con la manipulación. Seguro que Pérez-Reverte no llorará como un ministro cesado por los agravios infligidos en aras del éxito televisivo, aunque en España los números hayan sido tibios en el arranque. Cualquier desajuste entre tanto clímax, crimen narcosexi y estrategias de culebrón, está acolchado por una bso permanente de sintetizador nupcial".
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