Madrid. Tres obras, tres autores y una actriz, Aitana Sánchez-Gijón, confluyen en Santo, que acorrala en la sala pequeña del Teatro Español de Madrid algo tan escurridizo como la religiosidad, que según la actriz "está en nuestros genes, no hace falta ser creyente". "En el ser humano existe este afán de trascendencia que puede pasar o no por ser creyente", explica a Efe Sánchez-Gijón, quien del 3 de marzo al 3 de abril recitará textos de Ignacio del Moral, Ignacio García May y Ernesto Caballero, que además dirige la pieza.
En este montaje a tres bandas, actores y autores invocarán lo espiritual desde el agnosticismo. "Cuando hacemos teatro estamos en un espacio sagrado. Se establece un ritual, en el que hay una trascendencia a través del arte", añade la actriz. "Lo que se produce es el escenario es casi tan difícil de explicar como el hecho religioso", prosigue. "Tienes que dejar volar la emocionalidad, lo espiritual, lo trascendente, pero controlar muy bien el aquí y ahora", asegura quien sólo iba a misa de niña "para no estar sola en el parque".
La actriz vuelve al teatro tras los éxitos de Las criadas o Un dios salvaje como musa de lujo para de tres destacados dramaturgos. Mientras Dios duerme, Los coleccionistas y Oratorio para Edith Stein componen este tríptico de una hora y media. Respectivamente, "una más apegada a la realidad (la de Ignacio del Moral), otra da un giro totalmente surrealista (la de García May) y la tercera (de Caballero) se acerca a lo simbólico, a lo onírico", explica la actriz. "Es una propuesta extraña, en la que no vamos contra esto o a favor de esto. Se plantean una cuestiones desde las preguntas, desde la fascinación, la atracción hacia un hecho. No hay respuestas", responde la actriz, que estaba "necesitada de experimentación". En Santo ha satisfecho esta ansia en un teatro de contacto cercano con el espectador. "Tienes la intimidad no sé si del primer plano pero sí del plano medio del cine. No hay que forzar la voz y el público está integrado, te envuelve. Se produce una magia muy especial". Y, buceando en la unidad temática de tres obras tan diferentes que "se disuelven la una en la otra", la actriz -que tiene pendiente de estreno Maktub, de Paco Arang- ha ido "afinando el instrumento" de su actuación. "Ha sido un trabajo de búsqueda, de meterse en muchos vericuetos y caminos que muchas veces no eran lo que tenían que ser, pero un trabajo muy interesante", asevera. Por el escenario único de Santo deambulan las sinergias de los personajes -el reparto se completa con José Luis Esteban, Esther Acevedo y Borja Luna- a través de un pasillo que muta gracias a los trucos de iluminación y sonido. En Mientras Dios duerme, Sánchez-Gijón interpreta a una "monja contemporánea" que vive en el Amazonas "en un lugar machacado, con mucha pobreza" y que tras cometer un asesinato, se enfrenta a una inesperada reacción. "No se arrepiente. Su muerte mejora el mundo, ¿dónde la coloca eso?", resume Sánchez-Gijón. En Los coleccionistas, encarna "a la tentación, a un diablillo juguetón, travieso y peligroso que se mueve en el terreno de lo surrealista, de la fábula", explica. Y Oratorio de Edith Stein la conecta con Santa Teresa Benedicta de la Cruz, patrona de Europa. "Una chica de familia judía y estudiante de la filosofía de Husserl. Se metió a monja carmelita después de leer a Santa Teresa y murió gaseada en Auschwitz", desglosa.