OCULTADO, escondido o negado frente a la comunidad internacional, El Problema es la expresión generalmente utilizada para hacer referencia a las atroces violaciones a los derechos humanos que sufren los saharauis. En esta contexto arranca el documental de los catalanes Jordi Ferrer y Pablo Vidal, producto de una extraordinaria dedicación y sentido de la responsabilidad con la defensa de los derechos humanos de un pueblo y su territorio, el Sahara Occidental. El Problema. Testimonio del pueblo saharaui nació para contar la verdad oculta frente al muro de silencio que ha construido la comunidad internacional en torno a los territorios ocupados. Tras cinco años de idas y venidas a la tierra de los saharauis, el trabajo ha visto la luz con un gran éxito. El documental cuenta con importantes galardones como el de Amnistía Internacional, de la 8ª Edición Festival de Derechos Humanos y Cine de Donostia o el primer premio del Festival Fisahara.
"En este documental se ve lo que las autoridades marroquíes no quieren que se vea ni se sepa, que es lo que está sucediendo en los territorios ocupados, que vulnera todos los derechos humanos con una total indiferencia de la comunidad internacional", explica Jordi Ferrer, de visita estos días en Euskadi, donde se está proyectando el documental con el apoyo de Euskal Fondoa y la Diputación Foral de Gipuzkoa. Realizado entre 2004 y 2009 de manera clandestina con una sencilla cámara de vídeo, El Problema recoge los testimonios de aquellos que vivieron el éxodo, la ocupación, la guerra, las brutalidades, entre ellos los activistas Aminatu Haidar, Hammad Hmad o Ali Salem Tamek, todos ellos detenidos en más de una ocasión por las autoridades marroquíes y sometidos a torturas. De hecho, Tamek, quien forma parte del conocido como grupo de los siete, se encuentra en estos momentos en la cárcel de Salé.
El documental cuenta, además, con material de archivo histórico para abordar el pasado y el contexto de un conflicto que todavía sigue vivo 35 años después de su inicio. "Este es un conflicto en el que la desinformación ha interesado mucho a todos los gobiernos, de izquierdas y de derechas, que han pasado por aquí. Interesaba que no se supiera lo que pasa exactamente y qué responsabilidades se tiene en el conflicto. De hecho, una de las cosas más sorprendentes es que muchos de los espectadores que se acercan, al terminar de ver el documental, nos han dicho "por fin lo he entendido"", explica Ferrer.
Trabajo clandestino El proyecto del documental comenzó tras una estancia en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. "Me fui de los campamentos pensado que igual la noticia estaba donde no se podía pasar. Poco después estalló la Intifada de 2005 y lo vi claro", explica. "La noticia es El Aaiún, las palizas, las prisiones, lo que ocurre dentro de las prisiones, en las salas de los tribunales, los falsos juicios", continúa.
El documental fue rodado con cámaras ocultas y, además, cuenta con material de activistas que han logrado entrar y también realizado por los propios saharauis. Sobre la vida en el Sahara Occidental, Jordi Ferrer describe un panorama más que desolador: "Es una sensación de pertenecer a una raza que quieren que desaparezca. Después de ser asesinados, mujeres violadas, se encuentran por la calle con los violadores y los asesinos tranquilamente, y no pueden levantar un dedo, sabiendo además que a la comunidad internacional no le importa. Imagínate cómo se puede vivir".