"No repara en gastos ni en tópicos. Eso sí, para estar en Andalucía, vaya acentorro castellano se gastan los protagonistas. La cosa se deja ver y el cásting está repleto de rostros catódicos y reconocibles, para enganchar desde el primer momento. Una versión castiza del Volveré a Tara, cambiando la propiedad de Escarlata por un pueblo sevillano".