"Las tomas falsas tienen el atractivo de poner el foco en la trastienda y no en el escaparate. Muestran lo que el ojo habitualmente no ve, porque no conviene que se vea. Son el wikileaks del medio televisivo, pedazos de realidad. El espectador agradece las revelaciones que aportan. A pesar de llamarse tomas falsas, son lo más verdadero que ofrece la tele".