Vitoria. Un total de doce proyectos y colectivos culturales que trabajan en torno a la juventud vasca participaron en la segunda edición de KREAzurekin, que se celebró en Gasteiz los días 16 y 17, organizada por Krea. Entre los colectivos que participaron se encontraban Nontzeberri, Jazzargia, Gauekoak, Extralargos, Helldorado, Jet Lag Bio, Oreka, la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, Cuatrosiete, Soul Flavas, Beñat Fontaneda y la Plataforma Arte Contemporáneo y Participación en Navarra. A ellos se unieron Araceli de la Horra y Lorena Montejo, de Krea.

La iniciativa nacía con el objetivo de ser espacio de encuentro entre los principales agentes culturales vascos, especialmente en aquellas iniciativas que trabajan con el público joven, para contrastar las líneas de actuación que Krea lleva a cabo para fomentar la participación entre los más jóvenes. La falta de espacios adecuados para la creación artística fue uno de los principales retos subrayados, coincidiendo los participantes en que es necesario que los jóvenes creadores dispongan de locales de trabajo para llevar a cabo sus proyectos, y que la gestión de éstos sea ágil y accesible.

También con el objetivo de optimizar recursos, se coincidió en la conveniencia de desarrollar estrategias conjuntas y colaboraciones de colectivos en áreas culturales similares. La falta de reconocimiento del trabajo que desarrollan fue otro de los aspectos que más se trató en la mesa de debate. Hubo consenso sobre la necesidad de concienciar a la ciudadanía -y llamar su atención- sobre el valor del trabajo creativo contemporáneo. Una de las propuestas que se puso sobre la mesa fue que Krea genere una oferta formativa para todos los públicos en las distintas disciplinas.

El balance de los encuentros es "muy satisfactorio", ya que han constatado que las líneas de trabajo de Krea complementan las necesidades existentes en los colectivos del entorno. Los propios participantes manifestaron la voluntad de que la iniciativa tenga continuidad.

De esta manera, Krea cree que el centro de recursos en su futura sede en Betoño -edificio que contará con estudios, residencias, salas de ensayo, laboratorios de fotografía, salas de nuevas tecnologías...- se confirma como necesario tras la reclamación de espacios adecuados para la creación artística. Asimismo, las líneas de formación en distintas disciplinas, han sido acogidas por los colectivos jóvenes de forma positiva. Los datos recogidos en estos cuatro años de trabajo, en los que se han llevado a cabo varios talleres, avalan la demanda del entorno, ya que todas las propuestas han contado con lista de espera y se han recibido inscripciones también desde fuera del ámbito vasco.