PARÍS. Se trata de obras pintadas en el primer tercio del siglo pasado y cuyo valor está entorno a los 60 millones de euros, agrega el diario.

Entre las obras descubiertas figuran algunas poco comunes, como nueve "collages cubistas" pintados a principios de la segunda década del siglo, un periodo del que muchas de las obras del artista se perdieron y valoradas en unos 40 millones de euros.

Pero también una acuarela de su periodo azul o pinturas aguadas en papel, estudios pintados sobre tela, además de dos centenares de dibujos.

El extraordinario hallazgo salió a la luz después de que el electricista jubilado Pierre Le Guennec se pusiera en contacto con Claude Picasso, hijo del pintor malagueño y encargado de administrar su sucesión.

En un principio, según "Libération", en enero pasado envió fotos de los cuadros para que fueran autentificados como obras de Picasso, pero ante la negativa del heredero a dar su aval sin ver los originales el electricista se presentó en su despacho en septiembre.

Acompañado de su mujer, el hombre, domiciliado en la Costa Azul francesa, mostró a Claude Picasso 175 obras inéditas, entre ellas, dos cuadernos que contienen en total 97 dibujos.

Tras comprobar que no se trataba de falsificaciones, el heredero se preguntó cómo habían llegado a manos de Le Guennec y días después presentó una denuncia ante la brigada especializada en obras de arte para evitar perder la colección.

Los agentes actuaron con rapidez, abrieron una investigación y confiscaron la colección que se encuentra a buen recaudo en sus locales a las afueras de París.

Según el diario, Le Guennec afirmó ante la policía haber trabajado como electricista de Picasso en las diferentes residencias que el pintor tuvo en la Costa Azul, al tiempo que añadió que fueron el artista o su esposa Jacqueline quienes le regalaron las obras.

Una versión que los herederos del pintor no se creen por el celo con el que el artista guardaba todas sus creaciones.

En declaraciones a "Libération" Claude Picasso considera que "no se tiene de pie" la versión del jubilado porque su padre no tenía la costumbre de hacer regalos en bloque y, cuando lo hacía, siempre dejaba su huella.

"Es cierto que Pablo Picasso era bastante generoso. Pero fechaba, firmaba y dedicaba siempre sus donaciones, porque sabía que algunos las venderían para afrontar sus necesidades", aseguró.

El heredero indicó que, más que sus intereses económicos, presentaron la denuncia para evitar que las obras se dispersen, lo que dificultaría su estudio.

Su abogado agrega que nunca nadie recibió de manos de Picasso una donación tan importante.

"Libération" se pregunta si el septagenario electricista no esperó tantos años a sacar a la luz la obra para beneficiarse de la prescripción de un supuesto delito de robo.