Vitoria. Una de las consecuencias prácticas que va a tener la puesta en marcha de Eremuak va a ser la transformación radical de los Premios Gure Artea. No es que desaparezcan, según quiso puntualizar ayer el viceconsejero Antonio Rivera, pero sí cambiarán de arriba abajo su objetivo, filosofía y sentido.

Es decir, ya no servirán para seleccionar a un grupo de artistas emergentes o jóvenes para otorgarles un galardón por una obra determinada y facilitarles el posterior desarrollo de una exposición colectiva, con el consiguiente catálogo, presentaciones y demás. Se entiende que un camino parecido y sin los encorsamientos de un concurso se puede seguir con la nueva iniciativa presentada ayer.

En su lugar, los Gure Artea pasarán a tener una vocación de reconocimiento público, una distinción otorgada por el área de Cultura del Gobierno Vasco para destacar a un determinado creador, distinguir la trayectoria de un profesional y señalar a una entidad, colectivo, empresa, museo o persona cuya labor esté encaminada a poner en valor el mundo de la creación cultural contemporánea sin que ello signifique, a la fuerza, que sea un artista.

"El de Gure Artea es un modelo que ha sido útil pero que en estos tiempos está agotado y por ello tenemos que replantearlo", justificó ayer Rivera, quien resaltó que la administración vasca, en su relación con el sector, sigue intentando amoldarse a las nuevas necesidades de las artes y puso como ejemplo el hecho que se hayan puesto en marcha un nuevo tipo de ayudas encaminadas a reconocer de forma monetaria no sólo la realización de un trabajo, sino también el tiempo invertido.